ADVERTENCIA;
,llr.
Señor
D.
Jose Maria Blanco, at\tor del
Men.;
~a&·ero
de Lóndres.
á
quies mereció la Constitucion
de 1323 muy distinguidos elogios , critíca con ig'ual
severidad tres puntos,
s~endo
uno de ellos el
3~tículo
10
que dice;
"La Religion del Estado es la Católica, Apostó..
Ji
e~,
Romana, con esclusion del culto y
egerc~cio
<;le cualo
quaera otra."
.
Su
impugnacion es contra
el
Examen
~
Instruc–
tivo
que
se publicó entonces , esponiendo los funda–
mentos que tuvo el Congreso Cm1stituyente para san•
c:ionar los artículm de dicha Constit11cion , en donde
se trata del 10. Se ha contestado al Señor Blanco
en
el
periódico
La Abeja Chilena
con la siguicQte me•
moría que publicamos, revista y corregida por su. autor.
DOS OBSERVACiONES PRELIMlNARES.
1.
Pol
A
los políticos en general.
Por
un cálculo
m~derado
resulta, que desde la época de
Tiberio en el Imperio ·Romano hasta nues.tros dias;
(y
ccmtando unicamente con personas de los paises donde
se ha promulgado ó adm_itido de hecho la
lib~rtad
.de
cultos) habran perecido en asesinatos;, guerras, suplicios,
y expulsiones
co~o
veinticinco millones de habitantes
p.ormotivos
y
odiosidades
rel~giosas.
Examinad pues , si bastará solamente un edicta de
toleranc::ia religiosa , para calmar los peligros
y
las di–
aenciones ocasionadas por la mezcla de
cultCi>S
.en
·un
estado.
·
•
2.
rt'
A los habitantes de Europa
y
America.
Todos vosotros sois Cristianos de ciiversas sectas,
o
Judíos (pudiera incluir atm
á
los Mahometanos) que
reconoceis por di\l.Í.nos los· libros del antiguo testamento.
En
los Historiáles
y
Proféticos estaqs viendo las terri–
bles calamid,•des con que Dios castigaba
á
su puebla
cuando ad niti'l templos y cultos erigidos
á
otra deidad
qae
á
la d<:
{~rae!~
pregunto
¿
quien
os
ha autorizado
para violar est:\6 leyes que reconoceis pt•r divinas
?
,?
En
que nuev'l
códi~o
os h"l asegurado
e~>te
Dios que
n't u •
dará
de providencia
?
Si lo habeis permitido
por
el
ím-·
perio de un confli'Ct'l
insuperable , no promovais
e~tas
pecmisionea
c.l.onde no
exi..sten
tales
conflictos.
· ·
·