pal.'a que perseveren en esta luz; porqu!l Dlos
no
abandona, sino
á
aquel que le al>andona.
1 '
(1)
"Por tanto, concluye Benoit, si se
examina con
lealtad
la
doctrina católica,
los adeptos de las fal–
sas religiones
llegaráq
~
la convicción de que están
fuera de los caminos de sallld,
y
~os
católicos adqui–
rirán una persuasión más firme de la· verdad de su
religión. ·'• [2]
¡Ojalá que este
i~significa·nte
trabajo,
que de–
seamos se halle en todo conforme á la doctrina de la Igle–
sia,
á
cuyo magisterio infal·ible nos sometemos
hu–
mildemPnte, contt•ibuya,· de algún medo,
á
la defen-
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de la Santa Iglesia Católica, por cuya honm
y
servicio sacrificaríamos, con el
favor de Dios, aun
la
misma vida. Nuestro único anhelo es que Jesucris–
to reine y domine en el corazón de
los
individuos
y
de los pueblos: " Christus regnet, Christus impe–
ret, Ch·ristus vincat."
Por lo demás, no aguardamos las recompenl'as
del
aplauso :
"La
socied~Jd,
dice M.
Lauren–
tie, ha llegado á tal punto de molicie, que no
to–
lera la integridad de las opiniones; y
la
libt>rtad se
emplt>.a,
á
menudo, en lisonjear
la
corrupción:
en–
tonces
los escritos tienen seguridad de obtener
alaban·
za
y
popularidad.. "
(1) Const·. de fide catholic. cap. 3.
(2] La cité antichretienne.