1
~ihclw
del·
carni.noele
la
r erclarl··rn p iedad ;
y
con lu
{)érdida
in
sen~ibl J
d e las \ er lad··s,
f<l?
ha
di;;nJiuui–
do en
ello~
el
sentid
1
c.:aiolien. "
[ 1
J
E sta dismi nuc.:i•in dJI &cntido cat.)
1
ieo es
la
cau–
.sa de
q ue ,
como se
lameutaim Gregario
-'-y¡!
" hubiese hombres que intentan p('r-;nadir<e á st mis–
mos
y
persuadi r á
los
cleulÍ~,
de que e·
pm;ihle el
salvarse, no sólo
~ n
la
J gl!:sHt
Cat ólica,
sino
ta m–
bién en la hcn·jta. Uicrt:l!;Jcnt(', nadi cl
Íluccle
igno–
l'llr , con cuanto urdoJL'
y
collhi )llie
c<•lq, pr0cu raron
n.ut>siros
pacll es
penemtrno~
dc·l
dogma que estos
nqvadorcs se at reven á negar; á
sab
r,
.que
es
ah–
solut:.uu~.ntc
nPeesurio p:tra
1
t ,
.
:. l . uci:
t
p :-.>ftsar
la
.fe
y
t,~nidad
católicas. "
(2] "
Es uu¡!llla
de
fe,
atirma
Pío
IX,
que fu.;ra de la Ig lc::.¡a catól ica, apos–
tólica, romana nadie puede salvarse; que
élla
es
la
lloica puerta de salrución,
y
c¡ ue , el que
no
enka
¡>or élla, pcrPcerá en el di luvio. "
(3 )
De lo anterior
se ded uce que n;td ia,
E--iw
dejar
r1e
ser católico,
puede negar una v<:n.lad.
de
fe;
y
fJtle no es ·lícrto a¡mrturse
ele
las en,..eñanzas
de
)il.
Igle ia, sin poner en pelig ro
la
sal :ación
etern:t .
.Aiguno3 supoudrán, acas•J, que puede
haber
buen:!
fe, en
aquellos qne, desp ué::;
ele haher sido catuli–
cos, d .jan ele
sed>;
y
qu e
los
ecuatorianos
t¡ue
hncen, entre nosotros, profesión de liberalismo, ha
t:t
el punto de ne¿ar dogma ,
e.Huo
la
e.xi:,teoeiu dd
.pecado orig inal
y
de la p¡•nas del infic>rno, pueden sot·
excus:thl e~ ,
por hdlarse ta l vez convencidos de estos erro–
res. Tal modo de
pen~ar
sr ría ciertamente:\
equivo"
,.cado é inj urioso
á
lu l ¡;lesia; porque todos los
que
forman parte
de
la sociedad eristinna, por el bautis–
mo
y
el conocimiento de
la doctrimt c.:ató! ica, e:jtán
en
el deber de profesarln , ha$ta Ju JLucrte: en caso
(1) Const. de fidP C'athol. Prreem.
(;1)
Breve
:\.
los Ouíspos
de
ll~bicra,
de>! 27 de
?>!:lyo
ctc
IH32.
(3) Aloe. Singulari qnklcm,