TllA.TADO SESTO
cuando espiró: la una parte se pone en Ja P:)tr>na, que Jenota la
<lesccnsion del alma de Cristo
á
los infiernos; de la otra parte se
parte un poco,
y
se echa en el Cáliz, moslr:rndo, que <lespues tle
haLer espirado Cristo nuestro Seiior le abrieron el costatlo, por
donde salió agua,
y
la sangre que le que1laha en
el
corazon se
juntó con Ja demas c¡ue habia derramado. La otra parte se pone
tamhien en la Patena, comC) el cuerpo de Cristo en el Sepulcro.
El oyente
dé
gracias
á
11ucslro Señor Jesucristo cou estas
pa–
labras:
ORACI.ON.Gracias te <loy, dulce Jesus, que qu1s1ste fuese tu cos.tado
abierto con u11a lanza,
y
que manase de él agua
y
sangre, con que
instituiste los siete Sacramentos tle la Iglesia., para dar vida
á
mi
alma
y
lavarla de sus culpas.
¡Oh
si llagases mi corazon con la
sacia <l e tu :imor, para que nada qui siese ni amase , siuo
á
ti,
en
tí,
ó por
ti!
Rociame, Señor, con tu sangre, para que mi cuerpo
sea íligno sepulcro tuyo,
y
tu pecho eterna rnora<l:i <le mi alma.
Dásela paz
y
ofrenda, para que sepamos que cou la muerte de
Cristo se hicieron las paces entre Dios
y
los hombres,
y
el Padre
Eterno dió
á
su Hijo plena potestad eu el cielo
y
en la tierra ,
y
así
el sacerdote, que hasta aquí ha hablado con el Pa:lre, habla ya
con el Cordero de Dios, que qui La los pec<i dos del mundo, pidiéu–
<lolc misericordia,
y
la paz c¡ue él no,, ganó
para
toda la Iglcsi:i.
El
oyenLe pide
la
paz de su coucieucia,
<le
su ulma,
de
su cuer–
po, de su casa,
y
proponga
<le
no dar ocasiou p::ira que se pertur–
be . .Pida tarnbieu la paz entre los príncipes cristianos
y
de
toda la
)glesia.
CAPITULO VIII.
CUARTA PARTE DE LA IlllSA.
E l . acerdote se prepara con nlgunas oraciones para la sagrada
Co1nunion,
y
dichas, toma cou. gran reverencia la Ho tia consa-