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SENOR NUESTRO.
no al arado
y
mira atrás, es apto
pat·a
el reyo de Dios;
queriendo dar
á
entender con esto que para seguirle ver–
daderamente es necesario olvidar todo lo que se era,
y
todo lo que se tenia en el mundo.
Habiendo llegado el Salvador
á
la falda del monte,
curó todos los enfermos que le aguardaban en el llano
á
vista de la infinidad de gentes que
se
habían juntado. Co–
mo uno de sus mayores -cuidados era instruir y formar
á
lüs que <lebian ser la luz del mundo
y
la sal de la tierra,
habiendo de-spedido toda aquella multitud., se retiró Jesus
con sus apóstoles
y
discípulos
á
un sitio
de
aquella cam–
piña: sentado allí. sQbre un montecillo, y habiéndoles
hecho sentar alrededor de sí, les descubrió los tesoros de
la ciencia de la salvacion, y toda la santidad de su doc–
t f ina. empezó por enseñarles en qué consiste l?- verdade–
ra felicidad.,
~n
en esta vida ; sabiendo rnuy bien que la
inclinacion rnas'liatural del hombre es querer ser feliz.
~.
XXII.
Anuncia
Jesucristo
las
bienavent.JJranzas
·
de este
tnundo
hasta el
número
de
ocho.
1
Bienaventurados, les dixo, los pobres voluntarios;
porque por este renunciar de todo., es de éllos el reyno de
lo
cielos(Matth.
5.).
2.
Bienaventurados los que son man–
so
COIJ.
todo el mundo, los que lo sufren todo,
y
de to- ·
do con paciencia; porque éllos poseerán la tierra de los–
vivientes, de la que
l~
tierra prometida no era sino figu–
ra. 3. Bienaventurados los que están en la afliccion, y se
alimentan del pan de lágrimas; porque sus lágrimas se
trocarán un dia en un manantial inagotable del mas dul–
ce gozo. 4. Bienaventurados los· que tienen hambre
y
sed
de la ju ticia; porque ciertamente serán plenamente bar·
to . 5. Bi naventurados los que se exercitan en obras de
mi ericordia; porque se usará con éllos de una.gran mise–
ricordia. 6. Bienaventurados los limpios de corazon; por–
que éllos verán á Dios, lo primero por la luz de una .fe
vi va en este mundo, y lo segundo por la lumbre ó luz
de
~loria
en el ótro.
7.
Bienaventurados los pacíficos; por-
Tom. VI.
E