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DE CUARESMA.

!239

PUNTO SEG UN DO.

Considera que ademas de los medios

comu~es

á

todos

los fieles , cada uno encuentra en su condicion y en su es–

tado otros medios particulares de .obrar su salvacion. La

divina

Providen~ia

ha dispuesto de tal suerte todas lasco–

sas,

y

ha arreglado tan bien todas las condiciones, que to–

dos son caminos para llegar seguramente

á

nuestro último

'fin. No envidiemos, ni el retiro de los únos, ni la tran–

quilidad de los ótros: todos nosotros.podemos coger los

mismos frutos,

ó

á

lo menos otros tan buenos, cada uno

en . su propio terreno. No seamos. siervos ni trabajadores

inútiles : hay pocas

tierra~

que no puedan dar ciento por

uno: hay pocos talentos que no se multiplicasen al doble

si se tuviese cuidado de negociar con éllos.

No hay estado, no hay condicion sobre la tierra, ni

edad en la vida que no haya tenido grandes santos;

y

estos santos, de la misma edad

y

estado que nosotros, no

-

fueron á buscar

á

otra parte otros medios pa'ra Hacerse san–

tos que los que nuestra edad y nuestra condicion nos pre–

sentan, y nosotrós los tenemos mas numerosos que éllos,

pues tenemos el socorro de sus buenos exemplos. ¿Será bue·

no,

Dios

mio, que todo _me predique, que todo me facilite

mi

salvacion, y que todo me eche en cara mi floxedad

y

mi indolencia?

i

Y será bueno , divino Salvador mio, que

solo yo me he de descuidar, no he de querer obrar mi sal–

vacion? ¿Que solo yo he de poner los mayores obstáculos

para conseguirla?

iMe

he aprovechado basta aquí de los

medios que he tenido para hacerme

santo~

i

Qué he hecho

para llegar

á·

serlo

t

Al contrario,

i

qué no he hecho para

no serlo?

i

Quién puede, Dios mio, sufrir á la hora de la

muerte estas

reconvenciones~

Sobre todo, iCuándo se pen–

sará lo que tantos hombres ilustres han hecho para ser

santos~

i

Con qué fervor trabajaron tantos santos en su pro–

pia perfeccion, y con qué zelo se aplicaron

á

la salvacion

de los ótros?

i

Qué vida mas laboriosa, mas austera y mas

inocente que la

suya~

¡Cuántas gentes serán confundidas

con estos exemplos

!

¡Qué poco

me

he aprovechado, dulce

J

esus

mib,

de los