N_OVlEMBRE. DIA :XXVI.
nuel, Dios fuerte
y
príncipe de paz que destruyese el
impe–
rio que por el primer pecado babia
adquirido
rl demonio
sobre
el
linage de los hombres ;
fué
concebida María
san–
tísima en el vientre estéril de Santa Ana,
y
prevenida,
segun se cree piadosamente, con
las
bendiciones
de
Dios;
de manera, que no tuvo
en
su alma
el mas ligero domi–
nio la infeccioil del primer pecado.
Su
natividad
llenó
de alegría los cielos y
la
tierra: aquéllos porque
ya
se
les disponía la reparacion de los ciudadanos
que habiao
perdido en los ángeles rebeldes'
y a
ésta
porque
ya
se
la acercaba el tiempo de bendicion en que se le
h'
bia
de abrir comercio con el cielo. Alimentóse la santísi ma
Vírgen en sus primeros años segun el método usado de
la
naturaleza, hasta que teniendo
Ja
edad competente
fué
llevada al templo
y
consagrada
a
Dios, segun Ja costum
4
bre de los hebreos. San Gregorio Niseno, sobre la fe de
un incierto autor
él
quien cita en
la
oracion de la nati–
vidad
de
Jesu-Christo ;
~6.rma,
que luego
que
María san–
tísima dexó el pecho de su madre
fué
llef'ada al tem–
plo ,, consagrada
a
Dios,
y
educada por los
sacerdo.t~s
e1t
aquellas santa( mansiones
él.
semejanza de Samuel. Seme–
jan te
a
esto es lo que se lee en la tragedia intitulada:
Christo paciente,
que se atribuye mal
él
San Gregorio
Nazianceno. Lo mismo
da
a
encender Nicéforo, diciendo,
que siendo de tres años
fué
presentada al templo, y que
pasó once en
el
Sancta Sanctorum. Esta especie nada
~iene
de extraño;
pues
en el capítulo
38
del El(odo hallan1os
que algunas mugeres dormían
a
la entrada del tabernáculo.
En el libro
4
de los Reyes, capítulo
r
1 ;
y
en el libro
2
~ del
Paralipómenon, capítulo
2'2,
se
lee
que
Josabet, hija
del rey Joram, muger .del pontífice Jojadas , habitó seis
años
en la casa
del
Señor, juntamente con Joas
y
con el
ama
que
la habia criado.
De
Ana profetisa insinúa
lo
mis-
.mo el evangelio
de
San Lúcas, capítuló
2 :
y
San Ambro·
sio, lib.
1
de Virgin.
capítulo 3, parágrafo
12,
afirma, '
que en el templo
de
Jerusalen babia vírgenes destinadas
al servicio de las cosas santas. Como quiera que sea, la
tradicion de la Iglesia nos enseña que María
fué
presen–
tada al temp1o , y que viviendo allí , hizo voto de perpe–
tua virginidad.
En
órden
a
es~o
último son muchos
y
muy
brillantes
los
testimonios de los santos padres ,
y
Ce
2
en-