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AÑO CHRISrtANO.
NOTA.
-
,,
Ya queda dicho que el Apocalípsi es el libro donde
,,se contienen las misteriosas visiones que San Juan tuvo
,, en la Isla . de Pathmos , adonde
fue
desterrado por .la
"fé.
El capítulo 14 de donde se saca esta Epístola, ha–
" bla del Juicio final, y de la bienaventuranza eterna
de
,,
todos los predestinados.
REFLEXIONES.
,
B
lenaventurádos los muertos que f!lueren en ,el Señor.
Y
·
· ciertamente , sin esta bienaventuranza de qué
sir–
ven todas las demás
?
Morir en el Señor es morir predes–
tinado , es morir en su gracia , es morir como murieron
los Santos; es entrar en el gozo del Señor, para nunca
salir de él ; es tomar posesion del mismo Dios.
Toda la vida se nos
qá
únicamente para disponer–
nos .
a
lograr una tal
mu~rte.
Pero nos ocopamos mucho
en esta disposicion durante la vida
1
De qué le sirve al
hombre haber vivido con las mayores con·veniencias,
con
fa
mayor brillantéz
1
De' gué le sirve · haber poseí–
do riquísimos tesoros, haber ganado
a
todo el mundo,
si al cabo se pierde
1
Y
qué equivalente · p0drá enFon,_
.trarJde su
alma~
Ah, dichoso aquei que mi)ere en
el
Señor! entonces
ya
no ay riesgos qQe evitar, ya no }].ay
enemigos que temer, -ya no - hay trabajos , no hay
des-
gracia que recelar.
·
'
•
Entonces cada qual hizo ya •su fortuna , sin susto"de
revéses, sin miedo · de cómpetidqres·, sin rezelo de en–
vidiosos. Ya se llegó dichosamente al puerto , donde no
se temen ,
ni
vientos , ni piratas ., ni tempestades. Do–
lores , tristezas ,
enfermedad~s
, inquietudes , pesadum–
bres , sobresaltos , todo está para siempre desterrado de
la mansion felíz de los Bienaventurados. No
se dá
entra–
da en aquella santa Ciudad
a
cosa alguna que melan–
colice. Una alegría pura, y llena; una paz, una calma
inalterable ; una gloria real ,
y
superabundante ; eso es
lo que reyna en aquella dichosa patria;
en
cuya pose–
sion se ·entra por meqio de esta preciosa muerte.
Y
es
posible que mientras
se vive, se
trabaje
ni
se piense en
alguna otra fortuna
!
La