AÑO
CHRISTIANO.
que debia aprovecharse la Iglesia del que no 'lueria que se
aprovechase de él el mundo ;
y
llamandole a dicha Ciu–
dad, le persuadió se quedase en un santo Monasterio que
babia en uno de sus ar rabales , donde hizo maravillosos
P,r9gresos en todo género de virtudes.
Había tres años que Chrisóstomo se estaba p,frfec–
cionando en los e xercicios de la vida Religiosa, quando
San Melécio fue desterrado, Ja tercera vez por los Arria–
nos.. Parecióle que la ausencia del Prelado era bella oca–
sion para satisfacer el deseo que tenia de retirarse
a
ha–
cer vida solitaria. Comunicó este pensamiento con su
grande amigo San
Basilio,~
que babia sido condiscípulo su–
yo,
y
no suspiraba menos que él por la soledad.
Tuvo–
noticia Antusa de esta resolucion de su hijo ;
y
no perdo–
nó
a
lágrimas"
¡, a ruegos ' ni
a
razones ' para disuadirle
de ella. Pero.
to.dofue ·en vano ; •Y un caso imprevisto
que sucedió, fu
e ocasión de que el santo mozo se recitase an–
tes de
lo
que pen.aba.
.
.
Habiendo e juntado en Antioquía los Obispos de
Sy–
ria para dar Pastores
a
dos Iglesias que estaban sin ellos,
hicieron juicio que no podian darlas otros mejores que
a
Chrisóstomo ,
y
San Basilio. Llegó
a
entenderlo nuestro
Santo,
y
supo esconderse tan bien , que no fue posible
dar con él ;
y
asi solo Basilio pudo ser nombrado. Con
este motivo se quitó Chrisó tomo de dudas, ni condescen–
dencias para diferir su resolucion de retirarse
a
la soledad,
y
sin mas dílacion abrazó la vida Monástica , entregando-
e
a
la dis iplina de cierto anciano solitario' donde practi–
có con extraordinario fervor todos los exercioios,
y
toda
la mortificacion que llevaba de suyo aquella vida.
Al cabo de quatro años que v.ivió en aquel Monas–
terio' pidió licencia para retirarse
a
mas profunda sole–
dad. Encerróse en una
cu~
va , donde estuvo dos años en–
tregado
a
la mas riguTosa penitencia. (Durante estos seis
años de ·retíro compuso aquellos excelentes libros que es–
cribió del Sacerdocio , el admirable ,tratado de la Com–
puncion,
y
la bella ·Apología de la vida Monástica con–
tra 'ciertos Novatores, que se declararon enemigos de tan
santa profesion.,
.
, . .
;
<
-
Las excesivas penite ncias con
qü~
afügfa su cuerpo,
quebrantaron tanto su salud , .que le obligaron los Su-
pe·