ENERO. DIA XXVI.
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exhortó mucho
a
que obedeciese'
y
considerase que ni
sus años
n,i su
gran debilidad podrian tolerar
el
rigor
de· los tormentos
a
que irremisiblemente le condenaria,
si al instante no maldecia
el
Jesu-Christo. Entonces el
santo viejo., como recogiendo todos los espíritus
d~
su
zelo, y cobrando
un
vigor, y
µn
tono de voz muy su–
perior
a
su abanzada edad' le respondió
de
esta
~ane
ra:
Ochenta
y
seis años ha que sirvo
a
mi Señor Jesu.:.;
Christo
;
nunca me ha hecho ningun mal
,
y
siempre me
ha hecho mucho bien,
recib~endo
cada dia de su mano nue–
vos favores. Pues cómo quieres que maldiga
a
aquel que
me dió la vida, que es mi Criador,. mi Salvador
,y
mi
Padre, árbitro de mi
suert~
eterna, qu_e h.a de juzgar
a
todos los hombres
,
y
finalmente mi Dios
,
a
quien de.:.
ho todo mi amor
,
todo mi reconocimiento
,
J'
todo
mi
~~ªº~
.
.
Irritado el Procónsul con una respuesta que no es–
peraba , le amenazó que le echaria
a
las fieras.
~opfia
ao en mi Señor Jesu-Christo, respondió el Santo, no
terno ' ni
a
las
fi~ras
' ni al fuego ' ni al acero. Quando
oyó el Pueblo estas palabras ., comenzó
a
gritar enfure–
cido : Pues dice que no teme al fuego , que sea quemado
vivo. Diciendo , y haciendo , encendieron luegO'
tumul.;;.~
tuariamente una hogtJera , arrojaron en ella
a
Policarpo,
C§!Ue 'con semblante alegre,
y
los ojos _puestos
en
el Cié-'–
lo, se estaba ·ofreciendo
a
.Dios
en
holdcáusto. Pero .res- ·
petándole las llamas, le rodearon blandamente,
y
ele–
vándos~
sobre la cabeza
a
modo de pabellon, le
c_ub~iaµ;
sin hacerle daño. Mas irritados los Paganos con esté ·
prodigio , le atravesaron una espada por el cuerpo; y
la
sangi;e que qerramaba el Santo Mártyr apagó
el
fuego.
De esta ·marier'a acabó
su
gloriosa carrera ·Policarpo ;
y
desde entonces
~elebró
toda la Iglesia su ilustre marty–
rio. Venérale la
Francia~
y
le ha venerado siempre por
liDO
de
&IJS
Apóstoles ' por haberle debido
a
San
Iréneo,
Obispo de .Leon ,
a
San Benigno , Obispo de Langres,
a
San Andóco ,
a
San
Tirso,
y San Andéolo , que todos fue–
ron qiscípulos de nuestro Santo. Sucedí_? su glorioso. mar–
tyrio cerca del año
160
de
nuestro Senor
J
esu-Cbristo.
i
J .
La