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AÑO CHRISTIANO.

ardientes instancias de los Christianos, que le obligaron

a

retirarse , y esconderse en una c·asa de campo, donde

no estuvo muchos dias, y los pocos que estuvo los pasó

, en contínua oracion dia, y noche.

·

Tres dias antes que le .prendiesen tuvo una vision ·en

s·ueños , pareciendole -que ardía la almohada sobre que

reclinaba su cabeza. Luego que despertó .,

juntó

a

los

Fieles , y les dixo : tened por cierto , que dentro de

po~

cos dias he de ser quemado vivo. ·n ·emos por siempre

gracias

a

nuestro dulcísimo Jesus' que me quiere hacer

merecedor de la corona del martyrio. Al dia siguiente

se halló la casa cercada de soldados, y de guardas. Ha–

ll~base

el Santo en oracion en_. el desván de la casa ,

y

oyendo el ruido, se ofreció por ' víctima al Señor, supli–

cándole

se

dignase de aceptar el sacrificio de su vida;

y

lleno de extraordinaria alegría , baxó donde estaban

los soldados ; saludó· cortesmente al Oficial que los man–

daba ; deolaróle quien era .;

r-ogóle que entrase con su

gente

a

descansar un

poco;

mandó que les dispusiesen de

comer ,

y

él se retiro

a

continuar su oracion.

·

Quedáron atónitos el Oficial ,

y

los soldados al ver

tanta

sereni~ad

, tanta dulzura, y

tanta mansedumbre;

llenándolos tambien de veneracion , y de respeto la

ma~

gestuosa presencia de aquel venerable anciano ; pero .al

fin eran mandados, y· no podian dexar de cumplir, su

comision , aunque ya eon general dofor de todos. Al

amanecer hicieron montar al Santo

en

un humilde ju–

mento para

ir

a

Esmirna. Poco antes de entrar en

la

Ciudad, encontró al Corregidor,

y a

su padre Nicétas,. ·

que iban de pase-0 ; ·obligáronle

a

que se metiese en su

coche , y comenzaron

a

1

persuadirle con las razones mas

vivas

'

y

mas blandas ·que pudieron

~

a

que se rindiese

al Emperador,

y

sacrificase

a

los Dioses. Indignado el

santo Obispo

de

que tuviesen valor para hablarle en

aquella materia , les respondió con tanta resolucion,

y

con tanto., br:io ,. que le arrojaron violentamente del

co–

che,.

queda~do

no .poco maltratado

del

golpe que recibió

en la caída.

Al entrar en el anfiteatro

oyó

una voz

del

Cielo,

que

le decia :

Buen ánimo

,

Policarpo,

y

está firme.

Fue lue–

go presentado ante el. tribunal del Procónsul ,

·que le

,

ex-