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ENERO. DIA XXIII.

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echaba en olvido ·, que la ciencia sin la virtud hincha

y

ensoberbece

~

como. dice San Pablo ;

·y

asi era admirado

de su Preceptor·,

y

de sus condiscipulos , como un

exemplar Christ.iano, al tiempo que su ingenio , su apli–

cacion,

y

su aprovechamiento le hadan respetar, mas

como Ma·estro., que como Discipulo.

Siendo el Santo de veinte

y

'luatro años , esto es.,

~n

el año de 632, votvió de Sevilla a Toledo,

y

se presentó

él.

sus padres ,

y a

San Eugenio con mas conocimientos:

pero con mas desengaños del mundo. Este le prometía·

sus

mas lisonjeros bienes atendido su nacimento , sus ri–

qúezas , sus· prendas naturales

y

adquiridas ,

y

la pro–

teccion

1d~

los que actualmente podian ensalzarle ; pero

~

él, por el contrario, pensaba en despreciarlo todo, po–

niendo en execucion los deseos que desde niño babia te–

nido

d~ ~ntrarse

en un Mon(Jsterio. Se cuenta , que fal–

tando de su casa,

y

presumiendo

SU'

padre que habia ido

a

hacerse Monge, salió con alguna gente armada

a

de–

tenerle en el camino,

y

aun

a

sacarle por fuerza del

Monasterio, caso que estuviese yá en · él. Que

ll~efonso ·

advirtió esto .,

y

se escondió en el cóncabo de una peña,

dando tiempo

a

que pasase su padre de vuelta del

Mo–

nas,terio' persuadido yá a que se babia engañado : que

luego prosiguió. su camino,

y

recibió el habito de mano

del Abad ; pero estando el Monasterio ' Agaliense en el

arrabal de Toledo .como unos ciento

y

cinquenta pasos·

distante de la Iglesia Pretoriense , entre Poniente

y

Nor–

te , segun creen algunos, no es facil concebir dónde

pudiese haber peñascales, sotos, ni otros sitios cerrados

e

incultos donde sucedió este milagro.

Como quiera que fuese, nuestro Santo tomó el habi–

to de Monge con tanto gusto suyo , como amargura de su

padre, que apenas lo supo creyó haberse perdido los tim- ·

bres de

su

casa ,

y

las esperanzas de su posteridad : pe–

ro al fin' reducido

a

mejor consejo por las

discret~s

y

re–

ligiosas reflexiones de su muger, quedó sosegadó, y San

Ildefonso quieto

y

pacifico en el retiro de su

amado

Mo–

nasterio., en donde permaneció desde antes del año.de 633,

en que siendo yá Monge ., füe ordenado de Diácono por

San Eladio, hasta fin del 657 , en que fue sacado contra

su

voluntad del redro para apacentar las ovejas del re-

ba-