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SEñO:r\,
NUESTR.0.
I
67
Cont~nuando
el Salvador en recorrer los lugares
f}Ue estaban a·l lado de allá del Jordán res
B:o
de
la
J udéa,
y
viendose seguido de una infinidad de gente,
se volvio hácia ellos,y les dixo:
(a)
El que viene
a
mí,
y
no aborrece
a
su padre '
a
su madre '
a
su muger,
a
sus hijos'
a
sus hermanos' y herma nas ' y aun
a
su
propria persona , no puede ser mi Discípulo, como
tampoco el que no lleva cada dia su cruz
y
me si gue.
No entiende aquí el Salvador por aborrecer
a
su pa–
dre y
a
su madre ' una aversion
o
un ódio formal ; solo
entiende que debemos estar dispuestos
a
sacrificarlo
todo por su amor:
la
palabra
aborrecer
significa aquí,
como tambien en otros lugares de
la
Escritura , amar
menos;
y
así es como se explica San Matéo , quando
dice Jesu-Christo:
El que ama
a
su padre,
o
su madre
mas,,que
a
mí, no es digno de mí. (b)
Tambien pone el
Salvador po r fundamento de la salvacion
la
renunc :a
general de corazon·de todas Jas cosas;
y
así dice: Qual–
quiera de vosotros que no renunciáre todo lo que tiene,
no puede ser mi Discípulo. Como si dixera: En vano os
empeñais en seguirme , si no desasís el corazon d l
amor de las cosas de la tierra,
y
si no estais dispues–
tos
a
privaros de todo lo que es timais mas ' desde el
nunto que puede esto ser un obstáculo al grande y uni–
co negocio de la salvacion.
§.XLI.
(a)
Luc.
14. (b)
Mat.
20.