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DEVOTOS.
'7.
,, lebrar muy
luego,
·1es
exhorta
á
no contentarse
DE
P
ASQUA.
,, con haber cortado aquel miembro podrido, sino
,, que
se purifiquen
de
la levadura de sus vicios,
,, para celebrar la Pasqua
con
toda
la pureza
y
de-
,, -yocion
que
debian.
RE F L E XI O NE S.
D
EJhacéos de la levadu,-a viejt1.
¿De dónde
viene que habientlo tantas
per~onas
que
<¡uieren convertirse, haya tan pocas verdaderas con–
versiones? Esto nace de que hay pocas personas que
hagan su divino banquete con los ácimos de
la
sin–
ceridad
y
de la verdad de una vida nueva ; de
que
hay pocas que
tengan
cuidado
de
deshacerse
tle
la
levadura antigua.
Por
poco que haya quedado
de
razon
y
de religion en una alma, no dexa de co–
nocer su desórden , echa de ver la corrupcion de
su propio corazon ,
y
aún llega
á
tener horror
á
sus disoluciones. Pocos hijos pródigos se encuen• ,
tranque no lloren por último su infdicidad , que
no condenen sus desbarros , que
no
suspiren por la
casa de su Padre. El tiempo
de
Quaresma, quando
todo concurre
á
<Herrar
al
pecador, y
á
·moverle,
quando todo grita penitencia ; la semana de Pasion,
la
semana Santa quebra.ntan, llegan
á
ablandar
á
los pecadores mas endurecidos. Estos d ias de mise–
ricordia son demasiado serenos para que
no
hagan
que se vea el peligro; es demasiada la calma que
se
expe rimenta
en ellos,
para que no se oyga
la
voz
de
una
conciencia
justamence sobresaltada. La
santidad, la cele bridad de nuestros mas augustos
misterios ,
el exemplo edificant de
tantas
perso-..
nas