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DEVOTOS.
la
una,
que todo lo que viene de Dios es
bue·n~
y
DEsPuEs DE '' •
excelente ; lo qual destruye la impiedad de Manes, PAsQuA.
que hace
á
Dios autor del . pecado; la otra, que
quantos buenos piadosos deseos tenemos , quantos
buenos pensamientos , quantas obr as de justicia
y
d e caridad, todo viene de Dios como de su ori-
gen ;
lo
que refuta el error de P elágio , que hacía
al hombre autor de todo el bien sobrenatural
que
hace.
Ap ud quem non est transmutátio, nec vicissi·
túdinis obumbrátio.
Todo don perfeél:o, continúa
el
Apóstol, desciende del Padre de las luces,
el
qual no se muda ,
y
en el qual no
hay
ni la mas
li–
gera sombsa de mudanza.
¡Qué
cosa tan dulce, co·
mo depender
en
todo de semejante dueño!
¡
qué
cosa de tanto consuelo , como el que nuestra fortu·
na
y
nuestra suerte dependan
d~
él!
No hay cria–
t ura sobre
q~e
se pueda seguramente contar ; todo
cede , todo se dobla al menor viento , todo se des–
miente , todo se muda sobre la tierra ; solo Dios no
esta sujeto á la vicisitud
y
mudanza; siempre amará
la
inocefl cia, siempre recompensará la virtud, siem–
pre aborrecerá el
vicio~
y
s
1
pre castigará
d
pe–
cado. El humor, el disgusto , el capricho, son los
grandes resortes que hacen obrará los
hombres~ -
y
son causa de sus variaciones
y
mudanzas. Dios está
esento de estos defüétos ; siempre es la sabiduría
misma, siempre la justicia , la miseriCordia , la
bon–
d ad.
Vo!tmtárie
enim
génuit
nos
verbo verita"tis,
'lit
simus inÍtium átiquod
creatÚr<e
ej11s
:
De
su propio
motivo,
y
esponc áneamente,
añade
el Santo A pós–
tol , nos engend ró por la palabra de la ven;iad,
.
pa-