DE POTO S.
pues
CJe
sú
muerte. La fiesta··del
S~bado
se
acababa
Santo.
siempre cerca de las seis de la tarde. Al fin, pues, de
la
noche , María Magdalena , y MarÍa la madre de
Samia
0
el Menor
y
de Joseph , con Sa¡omé madre
d~
los hijos del Zebedéo, Juan
y
Santiago , tomaron los
aróma'S ,-el balsamo, y ,los u
·nguenr.osolorosos que
habian comprado
a
las seis de la tarde ' esto es ' des- .
pues de haber terminado la fiesta del Sábado,
a
cuyo
tiempo se abrían las tiendas, que estaban cerradas
todo el Sábado. Apenas tuvieron con q •
11balsa-
mar el Cuerpo de Jesus, se pusieron en camino antes
del día, con la claridad de la Luna que estaba en su
lleno 'para ir
a
tributar los últimos d.eberes
a
su buen
Maestro, no reflexionando sobre la promesa que les
babia hecho
,
de resucitar al tercero dia. No habien..
dolas permitido ser mas diligentes la fiesta del Sába-
'do,que comenzó
a
las seis de la tarde del
Viernes,
no
llegaron al Sepulcro, hasta cerca de salir el Sol. Antes
que llegasen al Sepulcro , hubo un gran temb,lor de
~ierra
;
y a
este tiempo resucitó Jesu-Christo.
El
temblor de tierra,
y
el volverse
la
piedra que cerra-
ba la entrada de
la
puerta del Sepulcro , sucedieron
mientras las Santas Mugeres estaban todavía en el
camino. o ·yeron no obstante el ruído , el que asus-
tó
a
los guardias ;
y
sintieron igualmente el temblor
'de
tierra que habia hecho hnir
a
los Soldados. Lk-
gadas al Sepulcro,se sorprehendieron en gran
ma~era,
110
viendo ni guardas , ni
la
gran piedra que cerraba
la
entrada de la primera gruta ,
o
cueva ,
q.ueservi¡i
como de zaguán
a
la seguAda '<;lonq'é estaba el Se--
p\1lcro. La primera gruta tenia nueve-pies
y
medio
de
largo,
y
un
pQ~O
ruenos
9e
ancho._
En
~sta
pri-
Tom. IIIt
Ddd
me-.
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