Jueves
1()0
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J.OSperdonado muchos pecados, porque ha amado mu-
·
cho ;
o
como dice
el
Griego,
la
han sido yá perdona–
dos. El dolo.r ,
y
la contricion sobrenatural que
acompañaban,
o
que habian yá prevenido las señales
exteriores de penitencia ' habian procurado yá.
a
esta
muger el perdon, de que el Salvador
la
dá ahora una
entera seguridad. Aquel
a
quien se perdona menos,
añadió Jesu-Christo , ama menos. Estas palabras mi–
raban
a
Simon el Fariséo, que lexos de haber tenido
-2.
Jesu-Christo aquelamor,queobtiene
la
remision de
los pecados, no habia siquiera usado con él aque·
llas.atenciones,
y
obsequios que
se
podian esperar
y
exigir de un amigo. Veía tambien el Salvador
las
ver–
daderas disposiciones interiores del corazon de Simon;
y
lo que le dice aquí,
es
propiamente una leccion
que le dá,
y
que Simon podia facilmente comprehen–
der. Finalmente , no contento el Salvador con haber
justificado
a
la muger en presencia de todo el congre–
~o
' quiso además de esto darla
a
ella misma positiv:t
seguridad de que se le habian perdonado sus pecados
pasados, diciendola expresamente:
Anda,
que
tus pe–
cados se
te
han perdonado.
Esta sentencia de justifica–
éion , de tanto consuelo para
la
pecadora penitente,
fue murmurada. de los que estaban
a
la mesa '
los
quales 'se decían en voz baxa los unos
a
los otros:
(Quién
es este hombre que
tambien
perdona los
peca–
dos~
Pues sabemos que nadie puede perdonar los pe–
cados sino solo Dios,
y
que este poder no puede dar-
se
a
ningun hombre :
Quis est hic
'
qui étiam
peccá-
ta
dimittit
~
Algunos interpretan esro en buen sen–
tido y pretenden con bastante probabilidad , que las
expresiones de los combidados eran mas bien efeéto
de