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ABRIL.
liará en la Iglesia de Jesu-Christo que huviese pensado, ni
hablado de otro modo ? Este vjvo conocimiento de su
flaqueza ,
y
de su nada , tan léjos estuvo de hacerlos in–
útiles,
y
ociosos , que ántes los movió
á
trabajar con ma–
yor confianza ,
y
con n1ucho 1nayor fruto. Mirándose,
ó
considerándose cotno meros instrumentos en las 1nanos del
Señor.,
á
nada se negaban, todo lo emprendian, confia–
dos en la sabiduría , en la destreza ,
y
en
el
poder del
soberano ArtÍfice que los ponía en n1ovimiento. Considera
la empresa á que se alentó San Benitico ; admira aquel
esfuerzo , y aquel ánhno ; pero reconoce en él la asisten–
cia del todo poderoso , adorándola en el milagroso suceso
-de su empresa. ¡O Dios mio! ¡Y quántas maravillas obra–
rian1os , si tuvieramos bien conocida nuestra insuficiencia!
Confiamos dentasiado en nuestra habilidad, en nuestras
proprias fuerzas ; y haciéndonos demasiada tnerced á
nos~
otros 1nisn1os , nos desdeñamos de ser
instrmnentos ,
y
queremos ser artÍfices , y causas principales. ¡Y·despues de
esto ·nos admiran1os de que Dios no eche la bendicion
á
nuestras empresas! ¡De que hagamos tan pocos progresos
en el camino de la perfeccion! ¡De que se desgracien,
ó
se desvanezcan todos nuestros intentos
!
P U N T O SEG U N D O.
C0nsidera, que la desconfianza de sÍ n1ismo , acom..
pañada de la confianza en Dios , es virtud 1nuy necesaria
para obrar en todo con fruto,
y
con acierto. Complácese
Dios en confundir nuestro orgullo , echJndo
á
rodar nues–
.tros proyectos , y burlát:dose , por decirlo así, de
nue~tra
prudencia humana.
~
Qnantas veces salen fal:sas las tned1das
que se toman al parecer con tnas cordura , y miramien–
to~ ~
Qtiántas dan al tt·aves la fuerza ,
y
la industria por
nus
acordes que caminen!
~
Quántas no corresponde
!
los cuidados, y
á
las fatigas el suceso de las empresas con–
certadas , y seguidas con la mayor
prudencia~ ~Será
por–
que los 1uedios no se proporcionen con
el
fin~
No es eso,
es porque contan1os den1asiado con nuestro poder, y con
nues•