A B R 1L•.
le hizo mucho mayor con sus exemplos en lo restante
del
Pueblo.
. Celebnba
ei
Leg.1do
un
Concilio en A vinon, quando
llegáron los Di
pm~dos
de la Iglesia de Grenoble , cu ya
Silla Episcopal havi .1 vacado ,
á
pedirle por Gbispo
á
nues..
tro Santo.
Conce~..iióscle
el Legado con tanto mayor gus–
to·,
q tunto ningnno
mejór
q ue él tenia conocida , y ex–
perimentada su virtud
y
talentos : pero no fué tan fácil
vencer la po rfia de su resistencia, fundada, al parecer de
su
profunda
h.
•miidad, en motivos fuertes , y justificados.
Vióse precisado
el
Legado á valerse de toda su autoridad
r:-tra obligarle
á
obedecer ; y temiendo siempre que no le
fal tase algun pretexto para eludir su consagracion, le llevó
consigo
á
R onu para que el mismo Papa le · consagrase•.
Hízo lo su Santidad con singular· dignacion , y consuelo,
sin ha ' er caso de las razones que alegaba Hugo par:1 no
ser Obi::.po. Inf01nuda
b
Condesa .N.latilde- de fa gran
vir-·
tud de n
11.4
tro Sa to , costeó
libe ~ afmente
todos los gas.-.
tos necesario
para la augusta ceren1oma. de la Consagra-.
cion , rega ar. do l
con el Báculo , con ·otros varios orna–
lnentos del o nri-fical,
y
con los Co1nentarios de San
Agns--.
tin
sob:
e
los
P~ln1os
..
Quando VGlvió de Roma,
y
fné
á
tomar posesion de
Stl
Igles-ia, quedó penetrado de dolo r al ver
el
lastin1oso·
estádo en que halló toda la Diócesis. No solo
re)
naba
en
el Pueblo la usura ,
lJ.
sitnonía ,
y
toda especie de disolu–
ciones, sino que
la
abominacion de la desolacion se ha–
via apoder ado del l1gar santo.. La vida escand:tlosa de los
que por la santidad de su estado debieran servir de exetn–
p!o
á
los demas, parecía cerrar la puerta
á
toda esperanza
de retnedio.. Gemia el Santo Pastor en la presencia de su
Dios , y procuraba aplacar
su
justa cólera con ri gorosas
penitencias. Pasaba los dias ,
y
las noches en fer vorosa ora–
cio n , ll orando los desÓ1 denes de su Pueblo ;
y
no perdo–
naba
á
ayunos , vigilias, exhort'aciones , instrucciones, vi–
si ras , para que el Señor abriese los ojos
á
aqu el ciego
reba~o
, r o r cu ya salvacion qui iera dar
la
pro pri a vida,
si
el
n1isn1o
Seüor se dignara de ace1 talla.
No