rDEV'OTOS.
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nlrle en
la
foledad la foave
cader.ia del amor de Jefü-
Dfa IV.
Chrifio,
y
no
la
dura de hierro. No fue m eneíl:er mas
para que
al
infiante fe la mandáfe limar; porqu e
h
verdadera virrnd nunca eíl:a pagJ.da del propio juicio.
En vano procuraba fepultarfe vivo entre las mas
afperas rocas : en vano foliciraba huir
á-
los montes mas
encumbrados por vivir defconocido. Efparci6fe
fu
fa–
ma po.r rodo
el
univerfo mundo,
y
fe vió pre íl:o cer..
cado de innumerable multitud de
todo genero
de
gentes, atraídas del olor de
fu
virtud,
y
del eco de
fus milagros.
El
defeo
de
huir de eíl:a muchedumbre
que imerrumpía
fu
oracion, foe
el
principal morivo
q ue
tuvo
para la
eíhaña
refolucion de ponerfe fobre
la
columna.
La
primera , Cobre la
qua!
pasó algunos años,
folo
tenia quatro pies de alto. Pero como mdJ.via le inter•
nunpiefe el ruido de los que concurrían
a
verle, le–
vantó mra de doce codos ,
y
fobre ella fe m : rnruvo
diez,
ó doce años. Aun aqu i no eíl:aba
r:rn
recogido
como quería ,
y
erigi6 la tercera columna de veime
y
dos codos en alto, fobre la qual fe conferv6 cerca
de
catorce años. P ..:.ro queriendo
hu
ir mas
y
mas
de la tier–
ra
haíb. perderla de
viila, hizo lev:intar
otra de quarema
y
do
codos
de altura,
en la que fe conferv6 todo
lo
r e fianre de
fu
vida. La extremidad,
o
el pbno füperior
ele cfras columnas no tenia mas que quarro pies de dia–
metro, bordeado de una efpecie
di!
apoyo
o
de parapeta;
que
llegaba
a
la
cir¡:rura.
No tenia efp1cio para eclurfe,
ni podi1 eíl:ar en poíl:ura que no foefe muy incóm oda,.
o
de ro:lilbs,
o
en pie,
o
recoíl:ado Cobre
el
borde.Qgé
dir:m
3hor:i
de
1:1
delicadeza aquellas gentes que
pa–
fan
los
di.isde. b vidJ. en la fenfualidad ,
y
en.
d
regalo?
Pa~