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EXErJ{CICIO S.
Enero.
Su muerte en la apariencia es como la de los de-
más , término fatál de rndas las cofas: pero es en
la
;apariencia, y
a
lós ojos de los infenfotos; que lós pru–
dentes
y
los fabios juzgan muy de otra manera de la
rnuerce de los Juíl:os.
Si
falen de efte mundo, es por–
que
(e
les levanta el defüerro;
íi
fe apartan de nofotros,
es para entrar triunfanres en la G lorii.
O
qué gozo
d
ele no haverfe defcaminado
!
Q!.é confüelo
mas
dlllc~,
ni
mas efquiGto, que el que fe experimenta quando
fe
llegi
al
término dichofamenre
?
Los Sanro füfriero n
.tormentos
a
los ojos de los hombres: parecieron a fl i–
gidos,
y
humillados : fueron maltratados ,
y
perfegui.–
dos; pero
a
los ojos de los hombres'
y
no mas : todo
lo áfpero, todo lo duro de fus cruces
eíl:aba
en la cor...
teza; que por lo demás , en medio de los mayores
trabajos lograban una efperanza llena de inmortalidad .
~é
proporcion hay entre lo que padecieron,
y
lo que
ahora gozan ? Dichofo aquel
qu ~
no cede
a
las prue–
bas que de él fe hacG: n. No guíl:a Dios de· Gervos co–
bardes , y pufilánimes. Felices aquellos a quienes el
Senor encuentra dignos de
sí!
Mas
o
!
y
qué diferencia hay entre
la
muerte
de
los Juíl:os'
y
la de los que (e llaman dichofos
a
lo del
mundo
!
La felicida<l de eftos fe .defvanece en
fo
pof–
uera hora. Grandeza , riquezas , honores , placeres,
t odo fe ·fepulta con ellos. Pero al contrario, la última
hora de los otros es la primera de una eternidad de de–
licias. Sus nombres fon colocados en los fa ltos de los
Santos;
fu
memoria eíl:á llena de bendicion;
(e
honran
y
[e
veneranJ1afta fus m iíinas ceniz as :
y
aquellos hom–
bres
viles
a
los ojos del mundo br illarán por
ro<la
la
e ternidad , como aftros en el Firmamento; -reynarán
•
fo-