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TO S.
qué
otro
nombre (e podrán apellidar bs efca nd al o-
Dia XII,
fas licencias, y las torpes máfcaras del Carnanl ? Cier-
tamente entre todos los abufos, entre todos los des6r-
denes de los Ch riíl:ianos, ningunos hay que mas deban
encender la piadofa indign:i cion , que mas deban ex-
citar el ardiente zelo de todo hombre que tenga al-
guna tintura de Religion, que las licencias , que los
d
fahogos de efie tiempo : ramo mas, qu:inro
íe
tiene
el
defc;! to de quererlos autorizar por
la
coílumbre. La
Religion los condena: la mifrna razon natural los abo-
mína ;
y
aunque eíl:e pernicioío abufo fu e re tan an-
ti guo como los malos Chrifiianos, no por efo pref-
cribiria cont ra la Ley fa.nea de Dios.
Pocos hay que no conozcan toda la iniquidad de
efros des6rdenes; pero
b
inclinacion al mal prevalece:
el
amor de los placeres domína : no fe dán oídos
a
los
gritos de la razon : Gguefe
a
la muchedumbre, y fe
aumenta el número de los aturdidos,
y
de los arn–
londrados. El torrente es muy rápido ,
y
no es po...
íible detenerle : la coítumbre rompe los diques ,
y
todo lo inunda. De aquí nacen los juegos corpes, las
cliverGones exceGvas, los
ba
y
les difoluros.
Y
lo
nu
di gno
de
llorarfe
con
lágrimas de fangre,
es , que
para
que
los movimientos de la gracia no
in~
quieten la falfa fegmidad de la conciencia en medio
de rama difolucion, fe hace todo lo poúble p:.ua fofo–
carlos, p:ira rep rimirlos , p:ua menofpreciarlos , luf–
ta
que al fin fe ha
ya
confegu ido
efb
fa
!fa ,
efra
i
ma–
gi
na ri:i feguridad , en
la
qua! fe de(canfa , fe duerme,,
fe
amodorra
el
corazon.
A b
verd ,1d , tarde fe llega
a
eíl:a cegued:id total, r:in eíl:rechamenre ligada con la
_crema
reprobacion ;
pero al
cabo
fe llega : y
como
la
V0
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