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E V OTo
S.
convidado
a
unas bodas en Caná, lugar corro en la
Dia
VIII.
Provincia de Galiléa. Aíiíl:ió tambien
a
ellas fü Samif-
fima MJ.dre ,
y
los Difcípulos, que
y~
entonces
le
fe~
guian ,
y
eran no mas que quatro , ó cinco. Sin duda
nos quifo dár
a
encender en aquella concurrencia , que
no folo fe encuentra
a
Dios en
el
retiro, fino que tam·
bien fe le puede hallar en las funciones,
y
en los con-
v,ites del mundo' quando nos llama
a
ellos la caridad,
la necefidad ,
ó
la atencion cortefana.
Semófe en la mefa la Madre junto al Hijo,
y
com<>
la caridad, mas que algun otro motivo humano, le ha..
via llevado al convite, reparó ácia el fin de la comida.
que fe liavia acabado el vino. Refolvió remediar eíla
falta fin meter ruido. Volviófe
a
Jefüs, perfuadida que
baíl:aba repreíenrade la neceGdad, para que hiciefe
et
milagro,
y
fe contentó con decirle fencillamente :
NiJ
tienen vino.
La refpueíl:a del Hijo pudo parecerla
atgo
fec:i., fino huviera penetrado bien el myíl:erio,
y
el
-fentido.
Mu¡.,er, qué te vá d
tí
en
efo
?
To
haré lo que
.conviene ,.Y lo haré
a
fu tiempo.
No le replicó Maria,
pero llamó
á
los
fü~enres,
y
en voz baja los previno
que hiciefen quamo les mandáfe.
Havia en la m1fina pieza feis grandes vaGjas de pie..
dr:i. , prevenidas para las purificaciones que eíl:ilaban
mucho los Judios, eípecialrneme en las funciones,
y
convires grandes. Cada vafija hacía dos
ó
tres medidas,
que correfponden
a
ochenta azumbres. Apenas havia.
acabado b. Samifsima Virgen de hacer aquella preven–
cion
a
los íirvienres, quando les dixo
Chr~íl:o
:
L
1
enad
efas v_afij s de agua.
Hicieronlo aíi ,
ll en~ndolas
haíb.
reboíar;
y
añadió enronGes
el
Stllvador:
L levad ahora
de
beber al
At
chiticlino ,
ó
al Mayordomo del
~
íl:in.
O
i,
Or: