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EVO TO S.
1 I
J'
fuentes,
y
aun algunos rios, cuya agua,
b
(e convertia
Día.
VIII.
en vino,
ó
a
lo menos tomaba el guíl:o'
y
el color de
e fie licór . Ce\·rifica que él mifmo probó
el
vi no de una
<le efias fuentes , que eíl:aba en Cibyra , pueblo de la
Afia menor. Afü1de que otros afegu.raban focedia
lo
miún o en no
sé
qué parte del Nilo. Sería imprudencia,
y
aun picaría en temeridad poner en duda la verdad
de un hecho que depone un hombre tan fanro como
t efiigo ocular,
o
experimental,
y
que tantos hombres
grandes confirmaron defpues.
Puedefe añadir al culeo de eíl:a fiefb la veneracion
con que fe guardan las hidrias ,
o
vafijas que Grvieron
de
iníl:ru
memos al milagro. Es muy veriiimil que por
efia circunftancia las hu viefen confe rvado cuidadofa–
menrc,
o
fuefc por cmiofidad,
b
por devocion.
~ie
refe decir que los Príncipes del Occidente las encon–
traron en Paleíl:ina. en tiempo de las Cruz::i.das,
y
que
t rajeron algunas
a
Europa.
Mueftr:mf~
quatro en
Pa–
rís,
Puí,
Tongres,
y
Colonia. No ha
y
razon para
ne–
gar qne fean las mifinas que íirvieron
en
las bodas de
Cana; porque es cierto que vinieron de
Judéa, que
fon de
la
miíina figura,
y
que
tenian
el
mifmo
deílin<i>
qt.lebs
que
íirvieron al
milagro.
La
Mifa,
la Oracion
,
y
la Epíflola
,
las mifmas
que el día
de Reyes.
D
EVS,
r¡ui
hodierna
fide
tognovimus
,
11fque
die Vnigenitum ad contemplandam ¡pe-.
tuum Gentibus,
/tell"
du-
ciem
tuce
celfit.udinís per–
ce
revelafli,
concede pro- ducamur.. Per
eundemDo–
J?Ítiu.s, ut
qui
jam te ex minum noftmm&c.
o.