Table of Contents Table of Contents
Previous Page  32 / 46 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 32 / 46 Next Page
Page Background

Ved

ef!O

funesta nube

<fu

impied!Jd; preünda de ·

tentpe~t··

tades que se levanta sobre el pueblo Espafiol, que'

truena sobre sus cabezas

y

que tlcrrama por todas pal"–

tes Ja

desolacioo

y

la muerte.

¿Y

quién ho salvado·

al

Perú

de

tan formidable tormenta?" Es Dios quién'

oportunamente Jo desmembró de la monarquía,

y

Jo•

tomó para si. . Una hoja de papelllamoda

cedula,

ba–

bt·ia sido bastante para descatolizar milJon

y

medio

'de habitantes, que incomunicados con

o-tros

pueblos

cristianos,

y

forzados

á

obedecer ciegamente las órde:.

nes del gabinete de Madrid, habl'ian seguido la suerte

del infeliz que gozó poa· un momento la luz de la ver·

dad,pnra undirse Juego en los tinieblas eternas del ea·t·o•",

EL

P

rú,

pues-,

favoreoidoc«m tanseiinlados benefi1o0

cios, está

i

(}

bonl"'lr á su Dios·de una manera>

singular·,

ó

i

y_ocar siempre su nombre, cantar sus

mi~

11ericordio

ir sus volumades , consumir-se como

el incienso que se quema en su presencm, elevarse bá:.

eia

él

como uoa

b81'illo tlc

humo, en olor de suavidad}

en una palabra merecet• ellionroso titulo

de

naciotrcrís.,

tia

na.

LA ·

reHjion que pa,;o

1

s

inteJijencies vulgares paro–

ce no

tener otro objeto que

el

culto divino •

y

la

felicidad

deJa

(l(l'D

vida, espora el verdadero hombre de

estado

Ja

primera necesidad de

la

nocion:por que ella con·

tribuye en gran manera

á

su telicidad,aun en la vida pre–

sente.

Con

efecto,

si

un pueblo es tanto

mas feliz

cuatt·

to

sea mat

pedectot

y

si

su

perfeccion

consiste en

ilusi