C A P I T U L 0 V I I I.
9 Si murus est, aedificemus
super
eurn
propugnacula argen–
tea : si ostium est , compioga–
mus illud tabulis cedrinis.
10
Ego murus : et
ubera
mea -
sicut turris . , ex quo facbi sum
coram eo
quasi
pacem repe-
riens.
toles
,
era,
~011
pequeiia
c:H1
atencion al
corto numero de aquel los que desde lue–
go abrazaron la
fe :
y
esto mismo se sig–
nifl~a
en aquella expresion d e que aun no
esta a en la pubertad. Fuera de esto
ya
d examos die ho, que los pechos de la Es–
posa figuraban las divinas Escrituras c;om–
prehe ndidas en
~l
anriguo
y
en el nuevo
Testameoto;
y
estos pechos sagrados pro–
piamente eran los pel.:bos de la I glesia de
los Judfos ; porque con ellos foe contra–
tada la antigua alianza, habiendose hecho
Ho1rtbre el Verb entre Ios J udfos: ellos
rccibie ron las p rimicias .
c!e-
la gracia d el
Evangelio ;
y
sotimente despues que la
mayor parte de este Pueblo se nego a so–
meterse a la
fe
de Jesu Christo,
foe
qu an–
do los G entiles, como di ce .S.
PABLO,
fueron admitidos .
Asf
que quando la I gle–
sia de los G entiles comenzo a formarse
por la pred icacion de los
A
p6stoles , era
peqnefia
y
ti erna· ; porque la· Esc ritura
respe8:o de ellos ll'abja sido hast a ent6n–
ces extrange ra
, -y
la palabra de Dios mi–
r aba p rimera rnente al Pueblo Judlo, a
quien los Prophetas habi an prornetido
el
M essfas machos si . OS antes :
~Que
ha–
r emos pues a
nuestr~'l
hermana
,
quando
seni necesario lwblar con ella?
esto es,
quando llegara el tiempo de su boda
y
de sus desposorios?
-
L
Son palabras del Esposo , que res–
ponde · a la soJicitud
y
pregunta de
Ia
Esposa
,
diciendole : Sosiega te , Esposa
mi a , "}Ue
no
f,dtare yo a
tu
hermana,
pues yo
~uplire
en ella lo que le fal ta. Si
es un muro , esto es , si el arnor profano
la
separa de nosotros ,
hagamos sabre
ella .-tlnienas de p1ata
;
carnbiemos este
a.mor nocivo en un amor santo : hasta a–
qu1
ha
estado separada de nosotros por
un amor desordenado hi.cia las criaturas;
Tom. VI.
9 Si
es un
muro,
hagamos
so–
bre
el
almenaS de plata
I :
Si
eS
puerta, guarnezcamos1a con ta–
blas
de
cedro
2 •
IO
Yo soy
muro:
y mi pe–
chos
como
to~re,
desde
que
de–
lante de
el
he sido hecha como
la
que hall
paz
3.
pues separemosla ahora de las criaturas
por un amor santo
y
perfe8:o
baci
su
Criador: el muro de la infide lidad que
an~
tes la separaba de SU Dios' mudese en uu
muro de
fe
viva
y
de car ida , que la se–
p are para siempre de los enemigos de! di–
v ino Esposo. Le van t ando de este modo
sobre ella almenas de plata ' no so lame n–
t e pod ri d efe nder se de sus enemigos , si.–
no buscarlos para ataca rlos en arn po a–
bie rto ,
y
derribarlos con fa fue rz a de
la
verd ad
y
de! santo amoi· que s;icaran ellos
del thesoro de las Escrituras.
Psa lm
XI.
1·
Vease
$.PABLO
Roman.
xi.
7.
Ephes.
Jf,lJ.14.15.16.
I
.
•
3
Signe el Esposo : Si Justa, aquf ha
sido
una puerta
patente
y
abierta a sus
enemigos ,
y
a todos los objetos que po–
di an ocasionarle su ruin a ; cerra remos es–
ta puerta ,
y
la guarn ec remos co1a ta–
bl as de cedro , para cortar
I~
eotrad a a
todos aquellos que con p retext o de amar–
la son causa de su perdi cion. En. el ce–
dro , que es una madera inco rrupt ible , se
symboliza la carid ad
que nunca f altard,
I.
Corinth.
x
r
Ir.
8. y
que es sola la que
nos hace di gnos de alcanzar la inrnorta–
lidad e incorruptibilidad bienaventurada.
Se represe nta tambien la ·Cruz de! Hijo
de Dios, que habiendo ·destruido el im–
per'° de la muerte
y
de! pecado , comu–
tiic6 a los hombres la vida eterna .
Y
esta
· carid ad y esta Cruzdel Salvador es la qne
sola pued e
y
debe cerrar la pue a , por
la qual la muerte tiene entrada a 1os
hombres.
3
Estas son palabras de Ia Esposa,
como si dixera :
As\
es , 1Isposo mio ,
y
yo misma puedo habl ar por experiencia:
Si soy muro
,
y
mis pechos son coma tor–
re
;
es d esde que ddante de
el
lie sido
hecha
,r;mo l a que hp.l/a paz.
En
lo
que
I
:i.