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EL CANTICO DE LOS CANTICOS.

vinariam , ordinavit in me cha–

ri tatem.

5

F ulcite me floribus , sti–

pa te me malis : quia amore lan–

gueo.

1

Deb

1

e

ad vertir aqul

{

como inge...

n ios:imente lo hace el M. LEO

, que la

E sposa qu ando decia

las

palabras de l

verso precedente , acordandose del tiem–

p o pasado, y de aque llos sus p rimeros y

dulces amo res , sigue el hilo del pensa–

miento , y cuen ta con grandes gracias

y

b landura de afetl:os mucha parte de sus

accidentes : la poses ion de si que le di 6

e l Esposo : como ella se le desmay 6 en–

tre los brazos : los rega los que recibi6 de

el ' estando asf desmay ada ' con otras co–

sas de grande aficion, ternura

y

blandura;

y

as! die

·

Me introduxo en

la

camara

def

vino. El

vino y

el

USO

de el en la Escri–

tura es symbolo del amor ,

y

tambien de

su vehemeoci a

y

plenitud, que arrebata

y

saca fuera de s1 a las almas , elevando–

Ias a la conteo pl acion de los mas subli–

mes mysterios de Jesu Christo. Veanse

los

A C/ .

TI.

13.

r 5. Y asl, lo que aqui

q uiere dar a entende r la Esposa es , que

enteramente se le comunic6 su Esposo,

f&.

recib iendo de el los mayores consuelos' y

las mues tras mas evidentes del puro y en–

t raiiable amor que le t enia. T ambien se

explica asi : Me introduxo en el Altar de

D ios , para que all! bebiera el d. liz de la

sal ud, que alegra mi juventud.

:i

Me comunic6 este mi smo amor, ha–

ciendo que mi cor;izon ardiese en sus vi –

vas llamas , y que en tod as mis operacio–

nes no buscase ni amase a otro que a L1i

E sposo.

Orden6 en

m{ ,

haciendo que

amase al pr6xi mo por Dios ,

y

que 'lle

negase en todo a mi misma por Dios. 0 -

tros

tra~~a n

:

Puso

en

6rden contra

m {

la

caricFdd

,

hablando como de un exer–

cito fuerre y puesto en 6rden de batalla,

y

dando

i

enteoder, que su Esposo, pa-

0ra

cautivarla y prenderl a en su amor, le

puso delante los iofinirns benefici os que

le habia hecho , y las gra ndes e ionume–

rables p rendas del excesivo amor que le

tcnia ,

y

sefialadamenre en haberse en–

'-=arnado

por

redimirla

'on

su Muerte

y

ra del vino

1

,

orden6 en

mi

la

carida'd

2 •

5

Sostenedme

con

fl.ores, cer–

cadme de manzanas : porque es–

toy enferma de amor

3,

P asio n ,

y

en el adorable mys terio de su

Cuerpo

y

de su Sangre ; como

i

dixera:

Ya que los hombres no saben

am ,

rme en

fu erza de su oarnral obligaci on, y et

ir–

tud de mi mandamien to ; guicro oponer–

les un exerci to de benetic:ios ' que por pu·

ro amor y grac ia les he hecl10 , para obli–

garlos por e te camino a que me corres–

pondan. El Hebreo :

Y su bandera sobre

mi amor.

Suelcn los Capitanes leva ntar

una bandera o pendon para junt.i r

los

Soldados, ponerlos en orden , y que la

vayan siguieodo, sin pcrd1:rl a de vi sta en

sus marchas y combares. Y la Esposa di–

ce aqul, que la bandera que ha levan·

tado su Esposo , para q ue en todo le si–

ga

y

se fie de el, es el amor. Al gun os lo

exponen de este otro modo : En nin–

guna cosa quiso safialarse ni avent aj rse

t anto como en amarme. El amor que me

tiene es tan patente y se des cubre t an–

to ' como en un exercito las banderas

0

p endon es.

Y

su bandera d e mnor p uso

sobre

m{,

para que yo mil ire baxo la in–

signia

y

cstandarre de sn amor. .

3

No pudiendo sufrir la natural tla–

queza del corazon de

la

Esposa la abun–

dancia y exceso de los favores

y

rega los

de su Esposo, cae en desfa ll ecimi1:: nto,

confesando

la en fe rmc ad que pa<l ecia,

q ue era. e tar heri da

y

tras pasad .1 de Ids

s;ietas de! amor

Di v i~'5

, como se lee en

lo s

L XX .

on

"rE-rpwJJ.EV11

ayct?r11~

eyw ,

por–

que herida de arnor y o

;

y para remedio

de ello pide que lea pliqueo cosas olorosas

con que

pµ~d a_

vol ve r sobr sf. La palabra

H ebrea

n.

VHf:'~

aschischoth

,

que en la

Vnlga ta se

traslada jlores,

es trasladada

comunmente

copas

,

o fiascos ll enos de

vino, para que con su olor y foerza vol –

vi ese en

s1

el

corazon desmay ado . Y es

cosa muy de notar , qne par a volvei; de l

d esmayo, pide gue le apl iguen aquello mis·

~o

que se lo habia causado. Se ha n visto

muchas al mas santas, que no pudiendo su–

frir en si la vehemencia

y

fu

rza de las en..