.-M.-
. foctotran:iente eXplicaaas. Mas en
la
m:iyor pai-te cle eHas,
la
expenenda es no–
table
y
unifo1me. Las guerras civiles son comp:Hativamente
re~ula1·es
y
huma–
Das, bajo circunstancias que pueden ser bastanle exactamente deliniclas ;--entre
uaciones par largo tiempo
acos tum~waclas
a
gobiernos populares' a libres ora:–
dores
y
libres escr.itores; fomiliares con toda
la
osadia
y
turb ulencia de numero–
sas asam)Jleas; no lemerosas de examinar cualqui e ra materia Cli, ina 6 humana;
doncle un gran numero de .individuos se interesan en la conclucta de sus su–
periores de tocla clase , velun sobre ella ,
y a
rnenuclo la censur:m ; donde 'hai
un p ublico, que arrojadamente pronunc ia opiniones decisivas; doncle ningu–
nas impasaLles lineas de demarcacion, clestinan a las clases bajas a eterna ser–
"idurnhre,
J
a
las cJases altas
a
la envidia, odio ,
J
hondas maldiciones de
SUS
infetiores; donde la admininistracion d e l as l eJes esti tan purificada por la
p artic ipacion
y
el ojo d el pl1blico, que se c o nderle en una gran cscuela cle hu–
manidad
y
justicia;
y
d onde, como consecuencia de esto , h a i una difusion ge–
n eral de las comodidades d e la vida, un cultivo gcne1·al d e
la
razon ,
y
un sen–
timiento ampliamente esparcido de ig uald ad
y
de orgullo m oral. Parcce que
.la
especie se hace mas d6cil
y
suave, a medicla que se piercle grndualmente
cl uso de las duros frenos: la carencia de
todos aquellos ex pedi entes que et;i
vano se consideraban esenciales para la conserYacion <l e la tranquiliclad , pro-
.Jnueve ahor a
fo
q t~ietud,
6 al menos
moderu.cl o d esord en.
Compi1·ese al Asia coq la Europa: sc ad ve1·ti ra lo extremo. l\lfas si se
exa–
minan todos los grados intermedios, se bollara que las guerras civiles son mas
suaves , ( si cabe suavidacl en estos desastres
! )
en proporcion a
los p1·ogr esos
de la
ma~a
del pueblo, en importancia
y
bien-estaL C omparense
las guer-
1·as civiles .de
l as dos ro as en lnglaterra, con la d e Carlos
I.
o;
y
estas d os,
con la humani<l ad
y
juicio de la revolucion de 1088. Examinese la guerra ci–
l'il
que condujo a
la em anc ipacion norte- americana: en ella se ve ana rc1uia
si n confusion; gobiernos abolidos
y
establccidos sin d erramar una gota de
sangre.
Aun las progresos de la civilizacion, privados clc los beneficios de la civil li–
herta<l , produceu muchos de e tos mismos efectos . Cuando .Hume escribi9. sus
observacioncs sobre el «Principe» de l\'lacchiavelli , elogiando la p az
y
mo:–
d cracion de las monarquias, la Europa habia estaclo exeuta por mas de un siglo
de aqu llas conyu}sion es generalcs que ponen
a
prueba el caracter m oral cl7
las naciones,
d.ilucidan sus progresos acia una intel igencia mas cultivadn;
D e
pues h emes sido asahado
p or una de l as mas trem endas de esas lempes::–
tades . Nuestro animos estan todaYia llenos con cl recuerdo ile aquellas espan–
tosas cala rnidadcs,
y
de l as tan amhiguos coma precarios b eneficios que de
ellas brotat'On. Los conlempor:ineos cle escenas tan terribles,
se encuentran po–
cas Yecei en un temple propio para contemplarlas con calma.
Y
sin embar-
1
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