LIBRO VII. CAP. XXXVI.
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'de San Pedro hace prad:ica comprobacion , de que
el
Santo es
Vicario Univcrfal del Señor,
y
todos fi.1s Sucefores , quando
el
Texto Sagrado no
~o
exprefára con claridad evidente. No folo
por lo que íiempre fuele fer cenfurado de la imperfeccion huma–
na
en eil:a vida el G·obernador legitimo , fano ,
y
Canto;
y
afsi lo
muerden, co1no
á
fu Gobernador, fino porque no
hay
defeétos
mas notables ,
y
notados , que fon los de las Cabezas ,
y
lo que
es mas, que en ellas tal vez
fe
tienen las
vir~udes
por defeél:os.
Apenas hay quien fe acuerde de la perfecucion de San Pablo
á
la
Iglefia. Apenas hay quien fe acuerde de la fuga de los Apoíl:oles
Santos. Apenas hay quten fe
acuer~e
de la dureza al creer de
Santo Tomás, quando toda fuele ocuparfe la eloquencia en pon–
derar crudamente las acciones admirables del Vicario tierno
amante del Señor , y una caída tan altamente llorada, que le fir–
vi6 de efcala
á
tan rara ,
é
inefable perfeccion , fucediendo eíl:o,
yá
por fer terrible,
y
grave
el
dolor de todo
el
cuerpo
al
fentir
la
herida de la cabeza , con que
el
mifmo fentilniento , feñala
donde eíl:á
la
preeminencia;
yá
porque
per~ite
Dios., para ma-.
yor gloria del Santo ,
y
fu Dignidad , que
la
n1ifma cenfura, con
fu
miG11a
imperfeccion , confiefe , conceda ,
y
reconozca con
la
fuerza del difcur[o ,
d~ntro
de la emulacion , por la
J
uz de
la vcrdª"1, que
e
Pedto Cabeza
OniverPal
de la Igle
1a.
.
'
P
art.
II.
del
Tom.
11.
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