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ORACION FUNEBRE.

La natural congoja del corazon humano por

Ia pérdida de buenos

i

leales

compañeros

no ee ·

el único sentimiento que, en ocasiones como

esta,

llena

las

almas

i

se descubre_ en Ios sem–

blantes.

No solamente hai dolor; en derredor del mo–

numento fúnebre que la piedad de los vivos

consagra a los que)ucumbieron en el puesto del

deber, revoletean como las

b1ancas

palomas del

sacrificio

de los

antiguos,

el.

orgullo

del

soldado

i

del patriota, la gratitud nacional, la admira–

cion por los gloriosos hechos de los muertos

i

el ardiente anhelo por seguir el

noble

ejemplo

que ellos han dado a sus hermanos de armas

i

a sns compatriotas.

En todo

tiempo, ~_la

muerte en el campo de la

batalla

i

de

la,

victoria:se ha presentado ·con es–

tos caracteres.·

U

na ..aureola luminosa la ha

cir~

cundado;

i

en vez de ser el rápido

i

luctuoso

pró–

logo de eterna ingratitud

i

eterno olvido, ha fran ..

queado ancha

i

segura entrada al templo de

fa

inmortalidad. Por eso los que así caen, en la.

llanura

ó

en

la .,

<mbierta

de las naves de pelea,

escalando la escarpada roca que corona la trin–

chera enemiga o prestando oido

febril, desde lt!.

modesta camilla del hospital de sangre, a los

gritos

que anuncian el triunfo, antef.l que la

compasion, excitan en las almas de los que le2