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El venado, la serpiente
i
la palom3..
Por una vereda estrecha
Un ciervo se dirijía
. A unn. siembra de sandía
Que se hallaba
ya
en oosecha.
. Aunque este bruto
e.'3
he:·rnoso
Por su figum elegante,
Hace mm mal caminant9
Por lo cobarde
i
msdrooo.
Del
mas
lern
movimiento
Entro las hojas, recela;
De un pajarillo que vuela,
Del ruido que causa el viento.
Pausadamente camina,
A cada p1'so orejea,
Todo cuanto
le
rodea
Oon atencion
exam~na.
Pasando, pues, da este modo
I
nndanclo por intervalos,
Llegó a nna puente de
~alos
PueEta por el
mucho lodo.
Tímido, aquí se retrno
I circularmente mira,
Una oreja atrtis retira,
I
otra por
delante
ntroo:
Elevn.<Jo
la
caooza,
Hiere
con la mano
al
suelo;
Pára el rabo peqnQfiuelo
Que
sacnd~
con Yiveza;
A
todas partes se
vuelve
I no viendo otros senderos,
Continuar por
loa
madero.s
8n caminata roou.Glve.
Pero
al
dar el primer paao,
Silvó mm astuta serpiente,
Diciéndole: <hola! detente,
I
eritarás un fracaso;