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Calma el duelo qne te asombra
Con sus tormentas bravías,
I el llanto
i
las agonías
n o
un
dolor
c;iue
no
80
nombra.
Si
lo
buscas ·en la sombra
I ansioso de una esperanza
Tu mente hácia Dios
se
lanza
En
pos del consuelo amigo,
El te dirá: «Está conrnigo.:D
Venturoso el
quo
lo
alcanza.
LE.A.NDRO
A.
HERRERO.
QUINTILLAS.
Las quintillas
son estrofas de
cinco
versos
jern~ra1men tc
octosíla–
bos, de los cuales tres riman entre sí
i
los otros dos tamhien, alter–
nando los consonantes al arbitrio del poeta,
con
tal
que
no
sean pa–
reados los dos últimos. Las bai tambien de mayor número de síla–
bas} como se vé en
la
compcsicion «A DiosJ>
de la p2.jina
45.
A 'Juba.
Indica r ej ion florida
Envuelta en diáfano cha1,
Que mnell cmente tendida
Pasas la indolente
Tida
Bajo un ciclo
tropical.
Ardiente nido de amores,
Mal oculto entre los mnres,
Que abanican los
p~
lmares
I que
zahuman las flores
Del bullicioso Almcndares.
En
tí
es mas bella la aurora,
l\fas puro
i
ard.iente el sol,
Es
la brisa mas sonora
I
el
crepásculo te
dora
Con mas brillante arrebol.
I
tus muj eres preciadas
Como tu clima así son :
Ardientes
i
enamoradas,
Tienen fuogo en las miradas
I fu ego en el corazon.
La luna riela en tus mares
I
a
sus tibios r esplandores
Saltan
perlas a
milbres,
I
suenan vagos rumores
Como
lcj
anos cantaros.
En
tns selvas perfumadas,
Donde el dulce mango crece>
Fm) tásticas enramadas
Con flores
entrelazadas
La brisa trémula mece ;