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Aun el aire que en torno 'se resp.jm,
El que tú r espirabas,
r
Paz i santa virtud al
pech~'
inspira.
En la tumba modesta,
r .
Que guardan tus cenizas por tesoro,
Ni luce el mármol, ni centella el oro,
Ni entallado laurel, ni palmas veo. ·
•
¿Para
q~é,
si es un mundo
A tu gloria
in~ortal
digno trofeo?
Con estupor profundo
Por tu jenio creador lo. miro alzado
Jiasta la cumbre de moral grandeza ;
Potente i con virt11d, libre
i
tranquilo,
Esclavo de las leyes,
Del universo
a~ilo,
Asombro de naciones i de reyes.
JOSÉ :M:A.RÍ.A. HEREDIA.
Cub:i..
A.
un amígo
EN L.A. MUERTE DE SU
~IA:pRE.
La vida es un combate,
La desgracia camina a nn estro laco
I en pos del bien perdido
Negra tristeza nuestra frente abate ;
Ami go mio, tu dolor comparto,
Yo tambien he Sj.lfrido,
Yo tambien he llorado,
I aun ahora en,mi horizonte inderto
Apénas luce con dudoso brillo
Un porvenir lejano
Que el alma intenta apresunr ·en vano.
¡Cuántas veces recuerdo ·
·
Que triste i
s~itario
He preguntado al cielo
Si el dolor es aqui mal necesario,
Si nunca mi alma endulzará un consuelot
I sufria, i lloraba,