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Rinde a tus piés la poderosa espada.
El universo atónito saluda . ·
A la triunfantej1mérica i te adora,
Miéntras que la metrópoli sañuda
Tu gloria bella i su lJaldon devora.
Mas cuando por la
p~z,
inútil viste
De libertad la espada en tu alta mnno,
El poder soberano
Como insufrible carga depusiste.
Alzado a
la.
primer majistraturn,
De tu patria la suerte
co1~onaste,
I en cimientos eternos afirmaste
La paz, la libertad sublime
i
pura.
De años, i gloria, i de virtud cargado,
Con mano vencedora
Rcjir te vieron el humilde ·arado,
Con Sócrnfos di vino te asentaste
De la fama en el templo,
I a la virtud con inmortal ejemplo,
La
fé
del unirnrso conservaste.
Cuando en noble retiro,
De oro
i
de crimen, i ambicion aj eno,
· 'ru espléndida carrera coronabas, ·
En este bello asilo respirabas,
Pobre, mbdesto i entre libres, libre.
¡Oh Potomac! del orgulloso Tibre
No envidies, no, la delincuente gloria,
Que no recuerda un héroe como el
tuyo~
Del orbe todo la sangrienta historia.
Por la Francia feroz amenazada
Vuelve a
la
Patria, del peligro el dia,
I en unánime voto al héroe fia
De libertad i América la espada.
Los rayos de
la
gloria
Vuelven a ornar
Slf
venerable frente ..••
Mas
¡
ai !. despareció, Yolando al cielo,
Como de nubes en brillante velo
Hunde el sol su cabeza en occidente.
¡Oh Washington! protcjen tu sepulcro
Las copas de loR árboles aacianos
Que plantaron tus manos,
I lo cubre
la
bóveda celeste,