DE SA?¡ AGUSTIN.
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T ·RoS TESTIMONIOS TAM-
illEN
SON
MI
MEDIT
ACION,
f'
VUESTR~4S JUSTIFIC~1-
CIONES MI
CONSEJO.
Acuér–
dese lo
que antes
dixe ,
que los tes–
timonios
son
los martirios:
tráygase
tambien á
la: memoria,
que
ninguna
cosa
es
mas
·dificil,
y admirable
en–
tre las justificaciones de Dios ,
que
el
amar_
cada
uno
á
sus enemigos.
De este
modo
pues, se exercitaba el
cuerp_o de Christo , meditando sus
martirios, amando·
á
los que le per–
seguian con
oprobios ,
y
menospre–
cios
por
los · mismos martirios. Por–
que
no
óraba por sí ,
como
ya
ha–
bemos probado , sino por ellos, quan-
. do
decia :
apartad de mi el oprobio,
N
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