EL EME
NTo ·s ,·
I
Fíg.
bien se ,deter.m'ina
er
lugar del cometa visto desde la
Tierrl
para el tiempo de la tercera observa.don en la segunda
hy–
póresi,
ó
en la segunda parábola hallada , y se sabe qua(
es
el error de esta segunda hypótesi, ó quanto se apart~
cle
la tercera observadon.
Si
el errox
de
las dos hypótesis
no,
'fuere mas que de algu_nos minutos, se podrá hallar practi–
cando una regla de tres qual.es eran las distancias reduci:–
.das
SG
y
S H
que se debian suponer ; se
formará
una ter–
cera hypótesi
,
en la qual se calcularán todos los elementos
del
cometa (
1
2
5
4
y
sig. ) ,
i
cumplirá
igualmente
con
la
tercera· observadon.
· - Si
fueren muchas las observaciones, tambien -se
podrán
talcular
con estos mismos elementos ; es indispe·nsable verí--–
ficar·, como hemos dicho, una parábola despues de calculada;
por recelo de que
en
alguna de las tres observaciones que
han ser ,vido , se haya cometido algun error , que ocasiona–
ría una diferencia muy grande en los elementos hallados•.
Fuera de est0, se consigue
á
veces representar un mes ente–
ro de observaciones con diferenczia de uno ó dos minutos·;
y
una observacion mas distante. dis·crepará diez
ó
doce· mi–
nutos del cálculo ; es , pues, preciso calcular mayor
nú–
mero de observacfones para comprobar la teórica que se hu–
biere hallado.
126{
El
que se empefíá e11
·calcular
el
regreso
de
un
c-0meta,
ó
en averiguar sús elementos con mucha precision,
debe tener presentes dos consideraciones en la reduccion de
las observaciones , es
á
saber , la paralaxe
y
la
aberracio.n.
Pa-