D E A S T R O N O MÍ
.A.
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2
9
de altura estará toda en
el
equador , porque entonces el
Fi_g.
equador
y
el vertical del planeta se confunden uno con
otro. Bastaría observar entonces la ascension recta de ·unr
planeta quando nace
y
se pone ; la primera sería mayor,_
y
la segunda menar todo el valor de la paralaxe orizon-
tal; sería, pues, la paralaxe que se busca la mitad de la
diferencia observada. Siendo otra la situaciQn del planeta
y
del observ~dor ,
la
paralaxe de ascensfon ·recta es
me_..
hor que la paralaxe orizontal ,
y
que la paralaxe de altu~
ra; pero se puede inferir una de otra .,
y
lo probaremos.
8 4 5
Sea
Z
el zenit;
P,
el ·polo del mundo;
EQ,
el
equador;
LMN,
·et
paralelo del astro;
M,
el lugar verda-
I
f
4.
=clero ,
y
m
el
lügar aparente , mas bajo que el lugar
ver-:–
:dadero
M,
en e~ vertical
Z
MrnT.
Si. desde el polo
P
se
tiran ~os círculos de declínacion
PMU
y
Prnu
,
el
uno
por el lugar verdadero del astro
M~
_el
otro por el Jugar ap_a--
rehte
-m,
lá dtferencia de ·estos dos círculos de d~clina-
cion,
el
ángulo
MPm
que forman
l1130
con otro en
el
polo
'del
mundo,
ó
el
,arco
Vu
de.l
equador que
le
mide,
será
la paralaxe · de ascension recta. Pero
.si
en el
triángulo
P
Mm
conocemos el ángulo
P,
será facil de ·determinar
el
lado opuesto
Mm~·
quiero : decir , que de ,
la
paralaxe de
áscension re_cta observada en un tiempo
ó
Lugar
qualquie-
ra; se inferirá fadlmente la para laxe ·de al tura.
Queda, pues, reducida la cuestion
á
observar la
pa~
ralaxe de ascension recta , cuya operaciot.:1
se
hace comó
sigue. Qyar1do
un planeta est~
en
el
meridiano. ,
y
es.
nu-
.
Tom.VII.
Ll
la