44
2-
ELE_MENTOS
Fig.
Calculó esta longitud ·por las tablas de Halley
y
la
halló.
/
//
d 1
d'
.
-
r
I
4 mayor e
Q
que correspon 1a ; pero con anadir
~n dicha~ tablas
1
4
1
;
á la longitud del afelio sin mu–
fiar
la longitud de Mercurio,
1~
anomalía era menor
igual–
mente que el radio ve€tor_, la elongacion- de Mercurio
era tambien menor ,
y
la longitud de Mercudo concor-
/
daba con la observa~ion. Síguese de aquí que la lon-
gimd del afelio era menor de lo que debiera en las ta·
blas de- Halley , po_r cuyo motivo Mr. de la Lande la
há
añadido
1
9
1
en sus tablas , suponiéndola de 8
s
1
3
°
4
9~
3
o:
1
para
I
7
6
4.
!lallar
el movimiento de los Ap!ides
y
la Revolucion Ano–
malística de un Planeta, por las observaciones.
7
2
o
La revolucion de un planeta respecto de su
/
,pside , el ¡ iempo que gastó en volver
á
él,
ó
el inter–
y_alo :entre. su paso por el afelio
y
el paso siguiente , se
llan;ia la
Revolucion .Anomalística
(
7
I
4 ) , porque la
-
anomalía vuelve
á
empezar en cada paso por el ápside.
Esta revolucion anomalística siempre es algo mayor que
la
revolucion respecto de los equinoccios , porque el mo–
vimiento de los ápsides se hace por
el
orden de los signos;
·determinaremos prj.mero la clel Sol
ó
la de la
Tierri.,
por
ser una d~ las mas fáciles de averiguar.
Si
el
lugar del ápside de la Tierra estuviera exacta–
mente
fijo en el cielo , la revolucion anomalística. sería ·
igual con la revolucion sideral (
6
4
2 . ) ;
pero como
el
apo-