Fig.
ELE1WENTOS
H
aliar la
altura del
polo por
medio de las estrella&
·
circumpolares.
,
1
3
5
La disposicion de los tres círculós máximos
de
la
esf~ra , el equador, el orizonte, y el meridia-no es
el fun–
damento de todas las observaciones , porque á los tres
es·
..
ptesados círculos se refi€ren
los astros para determinar
su situacion
y
sus movimientos. Es, pues, de suma impor
4
tanda cono·cer su situadon recíproca, cómo está situado
el
equad6r respecto de nuestro orizonte; quanto el polo es ele·
vado del lado del norte , quánto el equador es elevado del
lado ~del mediodía•
. ·
·· 1
3
6
Una vez que el movimiento diurno se hace so–
bre el equador , .este movimiento nos servirá para determi–
aar el equador ,
y
como dicho movimiento se hace al -re–
gedor de los polos , tambien nos los dar.á á conocer. Si la
estrella polar
( ·
9
4
)
estuviera cabalmente en el mis–
mo polo del mundo , bastaría medir su altura (
1 1
o
),
y
quedaría averiguada
la
altura del polo. Pero como la
espresada estrella está
á
dos grados del polo , conforme
consta de observaciones hechas con buenos instrumentos,
y
sumo cuidado , hemos de apelar
.á
otro recurso.
%
9.
-
1 ;
7
La misma estrella polar ·nos le suministrará.
Si
.3.
I.
la estrella
A
traza al rededor del pol~
P
un círculo
AB;
sí. .dicha estrella estuviere á
2
°
del polo , el arco
.AP
será
de
dos grados ,
y
tambien lo será el arco
P B
,
y
el arco
total
APB
qüe espresa lo ancho del paralelo,
será
de
4
º.
Por