mero en
i
y
a
,
el
segundo
en
k
y
b
,
el
ter~ero
en
l
y
e,
-~ig..
entran e.n
el
ojo en
O
.con otras tantas direcciones diferen-
tes
a.O
,
bO
,
cO.
Ahora
tenemos
averiguado porqúe vemos siempre
tm
obgeto
ó
un _punto
d~
un obgeto en la dire·ccion del
rayo
despues
de su
última
refle.xion -
ó
refr~ccion.
Porque el
1L1-
gar del fondo del ojo donde se pinta su imagen·, es el mis–
m-?
que
si
el
ob_geto esrnviese
verda,kramente en
la direccion
de dicho
rnyo,
y
fo
vieramos
con rayos ·
directos;
y
como
no
tenemos
sensadon
de las reflexiones
ó
refracciones que los
rayos
~an
padecido antes de llegar al ojo ,
y
no deberúos
la
-que _esperimentamos sino á la
impresion
que
hacen_
en un lu~
gar de-te~minado dd -~ fondo del ojo,
el
'juicio que
formam,os
-del lugar
del obgern
~
es
el
mismo que solemos ·formar en
~l caso ordinado
de
la vision directa.
4
1
8'
Síguese
con
evidencia
de
lo que
acabam(?S
de
·de~ir ,. que-un
punto
·qualquiera:
P
de un
obgeto
PQ,
vis~o
con rayos ·refractos
ó
reflejos, parece siempre en algun pun–
to de
la
re.eta
pO
tirada· desde el punto correspondiente
p
de
·su última ·Imagen , al ojo
puesto
en
O
;
porqtie
todos los
ra.~
yos que
salen
de
P,
siguen despues ·-de la última
refracdon
Ó·
,reflexión- la misma direccion que si viniesen del punto cor.–
respondiente
p
de
la
última
imagen,
ó
como
sí
se encami-~
nasen ácia
él.
4
1·
9 .
·
.De lo
mismo
se
saca ·
Ia
razon~
porqt.1e.
un
.0qgct... ·
to visto con rayos
refractos
ó
reflejos ,
parec·e
unas vec-~s
derecho
~
y
otras trast~!nado.
Tom.VI. .
S
J;
Por---
hasta·
í
3
I
8!'.'