DE ÓPTICA.
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3
.
0
Que un punto luminoso arroja luz al rededo1'
Fíg.
de sí
,
y
es el centro de una esfera de luz
que
se difunde
ó
esparrama indefinitamente por todos lados.
Si concebimos.
que se interceptan con un plano algunos de estos
rayos
de luz , será
el
punto luminoso el vértice de una pirámide
de luz), cuyo cuerpo se compone del agregado de dichos ra•
yos interceptados,
y
cuya
base es
el
plano mismo que lo¡
intercepta.
9
4.
0
Qui
la imagen
de la superficie de
un- obgeta
pintado en la pared es tambien la base de una pirámide
de
luz cuyo vértice está en el agugero de la cámara obscura;
los rayos que componen esta pirámide forman otra seme–
jante
y
opuesta á la primera , al cruzarse en el agugero
donde está tambien su vértice ,
y
cuya base es la super–
ficie del mismo obgeto pintado en la
pared del
quarto.
1
o
5
.
0
Que no pueden
menos de ser sumamente suti-
les las partículas de la luz;
pues los rayos que vienen de ·
cada uno de· los puntos visibles d~ todos los obgetos pu_es–
tos enfrente del agugero d~ la cámara obscura , pasan
to–
dos por un agugero sumamente pequeño sin embarazarse
sensiblemente , ni
confundirse..
I
I
Por mas rápido que sea
el
ll}OVimiento
de la lnz,
no es posible , ni
tampoco lo
alcanza la
imaginacion , que·
llegue en un instante -indivisible desde el cuerpo luminoso
hasta nosotros ;
necesita
por
precision algun tiet'npo
para
hacer esta travesía.
De
las dos observaciones
que
prueban
patentemente
esta
verdad ,
solo rraheremos a_quí la que por
Tom./71.
.A
3,
aho-