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Discurso
L
podemos
d~tenernos
, y algo diremos en
la
historia de Hercules.
7
5
Es muy natural ceer,
que
en Ia ma–
yor antigiledad hubiese mucha pobreza de vo–
ces,
o
nombres con que expresar las cosas.
Esta pobreza de voces hizo imponer
a
los
ra–
cionales los nornbres de montes , rios , fuen–
tes , animales, y al contrario, lo que di-0 mo–
tivo
a
las poeticas ficciones' haciendo de un
hombre un rio , un monte , un bmto , y
de
un
monte ,
6
bruto , un hombre , variando
los sex·os segu11 el
genero
masculino ,
o
fe–
menino de los nombres. Pasiphae , muger
de
Minos , Rey de Creta , tuvo con
u11
privado
de su Corte, llamado Tauro,
6
Toro, amorosos
tratos,
de que resulto
un hijo ,
a
quien
con
alusion
al
nombre de su padre fingido, y ver–
dadero llamaron Minotauro. En boca de los
Poetas
foe
este
u:r1
monstruo nacido del coi–
to de una muger ,
y
un toro , de quien ,se
cuentan los lances que referiremos en la
.his–
toria de Theseo.
Hie crude/is amor tauri, suppostaque furto.
Pasiph£, mistumque genus, prolesque
biformis
Minotaurus inest, Veneris monimenta nefand£.
~Virgil.
JEneid. lib. 6.
Una