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pudieramosaun
comprender?¡Gran·
de debe de ser nuestra flaqueza , si
aun lo que
J
esu-Christo tenia que
decirnos., no estamos en
~roporcion
de alcanzarlo
!
Y ello es cierto , pues
el
lo dijo.
Dos cosas
atribuye Jesu-Christo
al Espiriru
Santo : la primera , }ns-
Joann.x.
s.
pirarnos., trahernos á la memoria,
y
i.6.
darnos
á
conocer
lo que Jesu-Chri$tO
nos havia
dich~
antes:
y
la segunda,
enseñarnos cosas nuevas,
que no ha-
wiamos
podido alcanzar,
aunque
oos las huvieraenseñado Jesu-Chris-
to.
Aprendamos aquí
á
contempo-
rizar
~on
las almas ;
y
pues Jesu-
.Christo con toda su autoridad ,
y ,
sabiduría
.,_se
cree obligado
á
usar
de economía con las almas enfer-
mas '
con mayor razon deben pres·
tarse los demás hombres á dicha
condescendencia.
iPerodónde hallarémos masfor·
rnidables
verdades que
las
que Jesu·
C:hristo explicó
á
sus Discípulos,
di--Joann.
xvt
~
c1endoles,
que los abr;rre;erán
has..
~.
3•
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