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ran
de Vos ;
y
los que no
puedeo
sufrir vuestra enseñanza.
¡Quántos hay , que parece creen
en
el Salvador , y que interiormen–
te no creen en él , porqu~ no creen
como deben,y buscan
á
Jesu-Chris-–
to por el interés , como aquellos,
á
quienes dijo:
En verdad en ver-
Ibid.
i5.
dad os digo
,
que me buscais por
los panes de que os haveis hartado!
¡A
quántos se les podia decir:
V
oso--
tros me buscais para que contente
vuestra arnbicion , y vuestra ava...
ricia
!
Hé ahí lo que interiormente
me
pedís con tantos votos, y tan-,
tas oraciones: no buscais hacer mi
volu.ñtad, sino la vuestra; y estais
descontentos conmigo , porque no
quito lo que repugna
á
vuestros
sentidos , y debil razon. Sondead
vuestros corazones : ved vuestras
obras ; y quáles sean : examinaog"
y
vereis como no hay nada que no
sea carnal en vuestros pensamien-
tos :
trabajad en buscar otra vian-
Ibid.
'-7.•
da,
y
meditar en .Jo que
os
digo.
F
J.
Pe--