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y,
de su Ministro. Si no· comulgais,
buelvo
á
decir
,
á
lo menos llorad,
gemid, y conoced con temblor, que
el
_Chris_tiano debia vivir de mane–
ra , que pudiese comulgar todos- los
dias. Prometed
á
Dios , que os dis-–
pondreis para comulgar lo mejor
que podais ; y
á
lo menos , que co–
mulgareis espiritualmente. El Sa–
cerdote comulga , y se aflige de
vér que comulga solo : no es culpa
suya : no puede hacer mas que
p9~–
ner la Mesa , aunque ninguno s~
acerque
á
ella.
¡
Tal es la liberali-,,
dad, y la bondad del gran Padre d~
Familias! Finalmente, yá se ha ac~
bado el Sc1rCrificio ; retiraos senti–
dos de no haver tenido en él toda
la
parte , que
os
estaba prevenida.
·
T.om.III.
o
DIA