4~
II. Los
qUe
hizo
al
fin de
~u
vida ,
despues de
su
entrada triun:–
fante en Jerusalen
hasta
su
muer-e
t .
De estos , los mas
notables
son;
el
que
hizo
al tiempo de
la
Cené!,
y
el que
hizo
en
el
Huerto
Olive~
la
no he de
su
amarguisim~
_Agon1a.
Vamos
a
distribuir
por
días
la
le cion
de
e5tOS
Sermones' con taJ
e
orden.,
que
cada di4
se
pued~
emplear en Meditaciones
piadosas
un
quarto
de hora por la maña,
y
otro por la tarde.
A cada
verdad ,
que en
las
l\/leditd iones
se
proponga,
es ne–
ce ario
~
arar e un
pulo
para
hacer
e te 2éto de Fé: Yo lo creo:
esto
e
verdad:
el que
lo dice es
la
Ver–
dad
misma.
Y
a~i
debemos considerar
esta
verdad particular,
que ha revela–
d
,
como una partecilla de
la
ver~.l1d
, que es
el
mismo Jesu·
Chri to, esto
es,
el
mismo Dios,
en accion de acercarse
a
nosotros,
de