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nuestros
deseos.
T
a
Dios ,lo
q~e
t'f
de
Dfor;
esta es la verdad.
Venga•
mos
a
la práética.
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D 1 A XXXIX.
Terrible castigo de
los que
corrompen
la
imagen de
Dios.
lbi.
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E
Sta
imagen ,
que es nuestra
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a
criatura
racio...
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á de
Bolver
a
pasar algun .
di
r las manos ,
y
delante
de
los jos
deje
u-Christo. Nos
pre–
guo ara :
Cuya
es esta imagen,
e
ins–
cripciun
~
Y nuestra alma respon·
derá :
De
Dios.
Hemos sido
cria–
dos
por
e 'y
para
el: debemos lle–
var su se lo :
el baucismo
ha
repa–
rado es a imagen , que
casi havia
borr
d el pecado;
tal
es
el
efec–
to ,
y
el caraét r de ese di
vino
Sa..
cramento. Pero,
y
qué se
hao
he–
cho
aquellos
soberanos
rasgQs
que
~e
i
de·