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Pero
en nosotros
estas
dos fuerzas
e
ocurren
juntas.
El
que
nos ha
h
·ho , nos ha hecho a su seme–
j '
z
: e nuestro otigi.nal ,
y
nues~
··
tro
prir cipio.
i
Qué empeño,
que
e
i
rzos debemos
hal:er
para
reu-.
n ·
no
con el?
¿
)u ·én sino
Dios puede repre–
se
Jt·
a
í
mismo
~
El
solo
se
co•
no e ; el solo nos ha hecho ,
y
no
otro ninguno: nos ha
hecho a
s1:1
· semejanza,
y
le debemos todo
lo
qu. _
-· ·º ··
_~~dos
modos.
No po-
e
b'v"· ·
u
repo ar , ni gloriarnos
en no otros mismos.
Y
d
Dios lo que
e.s de Dios.
El
es nuestra corona,
y
ue tr
i
.
Nuestro estudio,
nuestr
trabaj
,
y
nuestra
aplica–
cacior
l
a e er a emejarnos a
el
m· s '
y
mas: hacerlo todo por
el,
y
rirle , in cesar , todo
~
que
som s.
V
al
Hij o d
Dios.
Es la per•
feét
m·
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r
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Verbo,
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nci · , u
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La
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