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exteriore1:
alli
serdn sus
!agri"
mas,
y
rechinar
de
dientes.
Porque
\ .
veran
el puesto, que ellos havian de
ocupar ,
y
la corona , que debian
llevar ; aquel , ocupado por otros;
y
esta ' adornando otras sienes:
entonces lloraran sin
fruto ,
y
sn
rabia
les
hara
rechinar los
dien–
tes.
Oye , oye ,
o
Christiano , lee
tu
destino
en el de los
Judios;
pero lee ,
y
oye
en tu corazon:
no dexes
caer
a
tierra
unas
pala–
bras
tan
claras,
y
tan claramente
explicadas.
¡
O ,
Dios
mio!
Vos me desti..
11ais esta
corona.
Aunque
sea
yo
el
primero
que
la
arranque
de
'
vuestras manos , no
perecera ,
por-
que bien sabeis
a
quien la haveis
·de
dar.
Vos
conoceis
a
vuestros
elegidos,
y
el
numero havra
de
completarse.
Ponedme
en
el
nu·
mero de
los que no pierden su
co–
rona.
DIA