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Apoc.
111.
ne
la
muerte en su corazon:
iefl
._
el nombre de vivo
,
pero estas
mur
·to.
Se~
rnos fieles ,
y
estemo
'I
rontos
y
preparados
á
dar fruto
a
estro
S·1lvador quantas veces
nos
lo
pida.
J-esus tuvo hambre:
segun la
le–
tra , ayunaba
mucho.
Segun
e
mysterio ,
tenia
hambre,
y
sed
quando era
necesario.
Siempre la
tiene de
nuestra
sal
vacion.
J
esu-Christo prosignio su
~/a
ge ,
y
bolv10 a Bethania
como
te–
nia de
costurnbré.
Al
dia
si~uiente
sus
Discipulos ,
bolviendo
a
pasar
por junto
a
la higuera ,
vieron
que
se havia
secado
hasta
la
raíz:
y
Pedro le
dixo al
Salvador:
JJi~1esq
tro, la higuera que mttldixiste ayer,
Je
ha secado.
J
esu-Christo
que ia
antes de morir
manifestar
los
efeétos sensibles de su
maldicion,
para que
conocieramos
quan te
mible
es.
Por
un
efeéto
admirable
de su bondad perdono al
hombre,
y
castigó al
arbol.
Tambien
quan
d